Paysandú, Domingo 12 de Julio de 2015
Opinion | 12 Jul Según se informó, a pedido de los expresidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle, junto al escribano Atilio Arrillaga Simpson y a Juan Carlos López, quienes firmaron una carta que le fue entregada al entonces intendente Bertil Bentos en agosto del año pasado, se colocó una placa en homenaje a impulsores de la industria en Paysandú.
En la oportunidad el intendente Mario Bandera encabezó el homenaje en memoria de Carlos María Fraschini, Juan Carlos Henderson y Conrado Olaso Marín, nombres ligados al desarrollo industrial local, y se descubrió una placa en avenida Salto y Libertad. El hecho, simple y descarnado, nos resulta a todas luces desconcertante. Desconcertante porque no creemos que la intención de los expresidentes haya sido que se realizara un pequeño acto, sino que seguramente procuraban impulsar una evocación del llamado “Milagro industrial” de Paysandú y ellos lo deben conocer muy bien, tanto por razones familiares, como políticas y hasta profesionales.
Desconcertante porque ninguno de los estadistas firmantes asistió al acto. Desconcertante porque si bien los nombres que se aluden son inobjetables, no son ni por asomo todos o, por lo menos, casi todos, los actores principales de aquel movimiento.
Desconcertante, en definitiva, porque no se ha comprendido el verdadero valor de aquel “milagro” que en los hechos fue una auténtica revolución social basada en el aserto de que “si le das un pez a un hombre comerá un día pero si le enseñas a pescar comerá todos los días”. Y vaya si fue así, vaya si se crearon innumerables puestos de trabajo. El “milagro industrial” hizo que miles de sanduceros y muchos que llegaron de otros lugares encontraran trabajos seguros, adecuados y con buena remuneración, a tal punto que se afirmaba que esta ciudad era la “capital de la clase media”. Un columnista del diario Cambio de Salto recientemente recordaba que en los años ’50 había un dicho que expresaba que “Trinidad duerme, Salto se divierte y Paysandú trabaja”.
Y, en relación a este logro, es de hacer notar que si bien muchos capitalistas aportaron enormes sumas y hasta se jugaron su patrimonio por este sueño, muchos, muchísimos, fueron los sanduceros que contribuyeron en la medida de sus posibilidades, al extremo de que aún en familias de varias generaciones atrás es posible encontrar acciones originales de las empresas, a veces con valores que hoy suenan ridículos pero que en aquella época, sumados, constituyeron un aporte significativo.
Nos remitimos a las palabras de Carlos M. Fraschini pronunciadas el 10 de octubre de 1948, en la recepción ofrecida al presidente Luis Batlle Berres, durante la gran Exposición Industrial y Agraria de Paysandú: “Yo siento la necesidad de decir, haciendo honor a mi pueblo, que es a él a quien corresponde en primer término la satisfacción de ver surgir estas grandes fábricas, habiéndose limitado el grupo de hombres que recogió sus inquietudes para plasmarlas en realidad, al seguir los dictados y los impulsos que bullían en el ambiente. (…) Así logramos, de la conjunción de centenares de accionistas modestos, medianos y grandes, los medios materiales para que el ideal común fuese alcanzado. Este es, señor Presidente, para mí, el aspecto más remarcable y más admirable de este resurgir sanducero”.
“He aquí la aspiración suprema que ha movido a los sanduceros a afrontar y llevar a cabo estas realizaciones de gran volumen: crear fuentes de prosperidad, transformar en lo posible la fisonomía aldeana para reemplazar su sopor por la inquietud laboriosa de la colmena, ofreciendo, ofreciendo a todos aquellos, hombres y mujeres, que comprenden y practican el principio moral de ganarse la vida con su trabajo, la oportunidad de hacer entre nosotros, entre sus hermanos, la carrera que antes debían ir a tentar en los grandes centros”.
Ahora bien, el planteo de los exmandatarios es de absoluto recibo y, estamos seguros, es un deseo que será compartido por la totalidad de ciudadanos que tomen conocimiento de éste, por lo que es de preguntarse qué es lo que debemos hacer para recordar y homenajear a los impulsores del “milagro industrial” de Paysandú. Y la respuesta podría ser la erección de un monumento que esté formado con viejas partes de los establecimientos que conformaron la “explosión” sanducera.
O, acaso, levantar un gran paseo público en el lugar donde la “zona industrial” se encuentra con la costanera y allí establecer las grandes piezas industriales, hoy fuera de servicio, así como placas que recuerden a las imágenes visibles de aquella revolución social. Que el óxido y la corrosión sean galardones de paz y trabajo para todas esas máquinas que trajeron felicidad y prosperidad para todos.
Por otra parte, solo en forma parcial y sin pretender que esta sea una nómina definitiva, debemos reseñar la integración de los directorios de las industrias icónicas de aquel momento y que deberían ser recordadas. Azucarlito: Presidente Carlos M. Fraschini, vicepresidente Pedro M. Harguindeguy, secretario Fernando J. Baccaro. Vocales: Esc. Víctor Beceiro, Antonio Estefanell, Juan Carlos Henderson, Francisco V. Mannise. Síndico: Juan Hiriart.
Barraca Americana: Presidente Eugenio J. Plottier, vocales Pablo M. Ferrés, Jorge E. Plottier, Juan C. Macció, Héctor M.N. Pescetto y Carlos M. Fraschini. Norteña: Presidente Arq. Nicolás F. Máscolo, vicerpresidente Máximo Seré, secretario David J. Rivero, prosecretario Dr. Julio C. Fraschini. Directores: Juan C. Henderson, Ing. Walter Frasch, Ing. Ricardo Inciarte, Carlos M. Fraschini, Carlos Mezzera. Fiscales: Dr. Juan Vicente Chiarino y Esc. David E. Schweizer.
Paylana: Presidente Juan Carlos Henderson, vicepresidente Angel B. Siri, secretario Fernando J. Baccaro, prosecretario Antonio R. Pons. Vocales: Juan Hiriat, Carlos María Fraschini, Conrado Olaso Marín. Comisión Fiscal: Esc. Víctor Beceiro, Ángel Ibarburu y Alberto J. Rivero. Paycueros: Directores locales Conrado Olaso Marín, Juan Carlos Henderson, Carlos María Fraschini y Esc. Víctor Beceiro. Astillero Neptunia: Directorio Carlos M. Fraschini, Dr. Miguel Saralegui y Lorenzo Marcenaro. Famosa: Pesce y Cerini Unidos Sociedad Anónima. Industrias Pedro M. Harguindeguy S.A. Indhar Planta Elaboradora de Aceites.
Por supuesto que es bien sabido que apoyó plenamente el movimiento EL TELEGRAFO, dirigido por Fernando José Baccaro. Y miles de obreros y obreras cuyos nombres han quedado grabados en las planillas de sus honrosos lugares de trabajo del Paysandú Industrial.
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