Paysandú, Martes 14 de Julio de 2015
Rurales | 09 Jul Las lluvias que se han registrado en los últimos dos meses si bien no han alcanzado los promedios históricos, fueron suficientes para revertir el déficit de lluvias de marzo y principios de abril en varias zonas de Salto y Artigas, pero no en Paysandú, en donde la suma de las precipitaciones entre febrero y junio señala que llovió 200 milímetros cuando lo normal sería en el entorno de los 430 mm.
La mayor preocupación de los productores pasa por el largo período de tiempo que pasa entre una lluvia y otra. Un claro ejemplo son los datos que brinda la Estación Meteorológica de Paysandú: en febrero llovió 42 mm y la única lluvia “más o menos interesante en un mes de gran evaporación” fue el 18 de ese mes, con 21 mm; luego el 3 de marzo cayó 18 mm y de ahí pasamos al 17 de abril, con 28 mm; entre el 1º y 2 de mayo fueron 47 mm, 33 mm el 10 de ese mes y recién volvió a llover el pasado 29 de junio, 20 milímetros.
Indudablemente muy poco para un sector que prácticamente no tuvo otoño por las altas temperaturas que se registraron en esa época, pero además por la imperiosa necesidad de agua para los cultivos de invierno y para las praderas implantadas.
En cuanto al resto del país, el informe de situación del Instituto Plan Agropecuario de este miércoles sostiene que, durante el período comprendido entre el 15 de abril y el 15 de junio, “las precipitaciones han sido escasas hasta la segunda quincena de mayo, cuando comenzó a llover con mayor frecuencia, fundamentalmente en la región noreste y en algunos departamentos del centro del país”.
Agrega que las lluvias “han sido aceptables desde la segunda quincena de mayo, pero no han sido suficientes para recargar aguadas naturales y artificiales, fundamentalmente en la zona sureste y noreste del país”. Los tajamares han continuado secándose y los cauces naturales se han cortado. En lugares puntuales de Durazno y Florida, se han secado pozos semisurgentes de uso doméstico, situaciones que fueron atendidas por los Comités de Emergencia.
El caso es excepcional en los departamentos de Salto y Artigas, donde las lluvias fueron suficientes y alcanzaron para que los niveles de las aguadas sean aceptables.
MONITOREO Y AGUADAS
Según el monitoreo que realiza la unidad Gras, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), durante junio se apreció variabilidad en el estado hídrico de los suelos, arrojando que en el norte y centro del país los valores fueron buenos, mientras que en sur los registros fueron bajos.
Establece que las precipitaciones acumuladas durante todo el mes variaron entre 25 a 150 milímetros. Esto llevó a que el estado de la vegetación fuera normal, como se podría esperar en el norte del Uruguay, pero en el sur y este fue inferior a lo esperado.
A su vez, el estudio indica que para el trimestre en curso --julio, agosto y setiembre-- no se estiman sesgos entre los terciles para la mayor parte del país.
Esto quiere decir que hay igual probabilidad de que las lluvias acumuladas sean iguales, mayores o menores a lo normal.
En cuanto a la temperatura, existen mayores probabilidades, aproximadamente 40%, de que esté por encima de lo normal. No obstante, las condiciones antes mencionadas, que indican que el déficit hídrico ha sido generalizado en gran parte del territorio uruguayo y que no hay seguridad de que esto se revierta para el próximo trimestre, desde Gras, según los modelos observados, se recoge que las probabilidades de que el fenómeno El Niño persista durante la primavera 2015, es del 90% y del 85% de que persista durante el verano 2015/16.
El informe del Plan Agropecuario remitido desde la regional Litoral Norte indica que “existen pocas situaciones aún complicadas, pero en general las lluvias ocurridas durante mayo han normalizado la situación, tanto de aguadas naturales como de tajamares”.
En Paysandú hay algunas zonas donde las aguadas artificiales y naturales de menor cauce aún no se han repuesto de forma satisfactoria, presentando una menor capacidad de aporte.
PASTURAS NATURALES
Al señalar lo acontecido con las pasturas naturales, el informe del instituto de investigación hace referencia a las tasas de crecimiento, registradas para la región de Basalto comparada con el promedio de los últimos quince años. En marzo, el crecimiento para el Basalto fue de un 15% menor al promedio, acentuándose este descenso en abril (28% inferior) y manteniendo la misma tendencia en mayo (22%). En el departamento de Artigas, esta disminución no fue tan marcada como en Paysandú.
A nivel de campo, se observa una gran diversidad de situaciones prediales en cuanto a la disponibilidad de forraje. En términos generales, la oferta de forraje es aceptable para la época y está determinada por la acumulación importante registrada en el verano anterior.
En cuanto a la calidad del forraje, se puede calificar como de media a baja. Cabe señalar, no obstante, que hasta mediados de junio, no se registraron en la región episodios de heladas agrometeorológicas importantes.
Pasturas mejoradas
El comportamiento de las pasturas en general ha sido reflejo de las precipitaciones registradas en el período. Luego de las lluvias de mediados de abril, se observó un excelente rebrote de praderas y mejoramientos, que fueron utilizados en los predios. Sin embargo, en Paysandú, se observa un rebrote muy lento debido al déficit hídrico registrado, que provocó el consecuente retraso en el retorno al pastoreo.
En el caso de las praderas permanentes, han tenido un rebrote otoñal tardío por la falta de lluvias tempranas. Las praderas de este año se sembraron más tarde con implantaciones buenas en general y recién en estos días se puede evaluar su implantación. Los mejoramientos extensivos y praderas de más de un año han sido difíciles de limpiar luego de una gran acumulación de pasto debido al buen clima durante primavera y verano pasados.
RECRÍAS
Respecto a la recría en el sector ganadero, “se ven tanto situaciones de potreros con poca disponibilidad como de potreros con pasturas viejas, lo que justifica la suplementación estratégica de estas categorías con el objetivo de obtener ganancias moderadas durante el invierno”, explican los técnicos de la zona del IPA.
Los productores están realizando suplementaciones con afrechillos, núcleos y sales proteicas en esta categoría. En algunas zonas del departamento de Artigas se han registrado graves problemas de garrapata debido a la resistencia del parásito a por lo menos cinco principios activos, y se han ocasionado pérdidas muy importantes en algunos predios de dicho departamento.
TAMBOS
El informe indica que, en la región, los tambos atraviesan una coyuntura muy complicada desde el punto de vista productivo y económico-financiero.
No obstante, los niveles de remisión a planta son similares a los del año pasado. “Las dificultades están asociadas a un mayor costo de producción (uso de reservas y concentrados), ajustes a la baja en el precio del producto y aumento en los costos en los insumos (los dolarizados)”.
Además, el aporte de verdeos y pasturas sembradas es afectado por la falta de lluvias de las últimas semanas.
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