Paysandú, Sábado 18 de Julio de 2015
Opinion | 13 Jul En un momento en que la disponibilidad de recursos que tiene el Estado para distribuir no va a ser la misma que en la década que ha precedido a la nueva Administración Vázquez, queda todavía como desafío la búsqueda de ampliar y mejorar la respuesta a las necesidades de vivienda en el medio rural, apuntando a potenciar un instrumento que ha sido revulsivo en el último medio siglo: la creación del Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir).
En más de una oportunidad nos hemos ocupado de lo que ha sido una fecunda tarea encarada a través de la obra fundada por el doctor Alberto Gallinal, y que ha permitido que en el momento actual se hayan logrado casi 30.000 soluciones habitacionales para los residentes del Interior profundo, cambiando radicalmente el aspecto de los campos con los complejos habitacionales de modestas pero decorosas viviendas blancas distribuidas a lo ancho y a lo largo del país.
Que se haya hecho mucho no quiere decir que sea suficiente, lamentablemente, por lo que es preciso redoblar esfuerzos para atender las decenas de solicitudes de nuevos emprendimientos que se plantean en muchas zonas del despoblado Uruguay rural. Debemos tener en cuenta que en buena medida esta despoblación tiene entre sus causas la falta de oportunidades, no solo laborales, sino también de acceder a una vivienda decorosa en los lugares hacia donde se han trasladado posibles fuentes de trabajo.
La nueva presidenta del organismo, Cecilia Bianco –que asumió el 20 de marzo pasado-- indicó a El País que su primer objetivo ha sido consolidar un equipo de gestión. Destacó que ingresó a Mevir “como miembro de la Comisión Nacional en 2011 y en estos años hubo una evolución muy fuerte, la institución se modernizó y consolidar eso era un desafío que se logró. Recién hemos terminado de formar el equipo y ahora otro gran objetivo para este quinquenio es llegar al núcleo más duro de la pobreza rural, al que Mevir aún no pudo, básicamente porque es un núcleo de población bastante excluida en muchos sentidos, no solo por el tema de la vivienda. Estamos convencidos que se puede, pero tenemos que llegar en conjunto, con otros actores del sector público y privado”.
Al mencionar la realidad del organismo, señaló que se está cerca de la solución 28.000, y que por lo tanto la vivienda 30.000 estará dentro de los logros del quinquenio, como la celebración de los 50 años de la fecha de creación de esta institución. “Los números son aproximados, porque está en construcción el presupuesto nacional, del cual Mevir toma una parte importante de sus ingresos, pero estamos pensando para este quinquenio en lograr aproximadamente 8.000 soluciones, que abarcan distintos tipos de intervenciones. Tenemos unas 3.000 viviendas nuevas. Luego, unas 3.000 refacciones o ampliaciones de viviendas, que es un producto que Mevir manejaba parcialmente en las unidades productivas o viviendas dispersas de asalariados rurales, pero que ahora es una necesidad en los núcleos de viviendas, donde hay un déficit cualitativo que debemos empezar a solucionar”.
Asimismo están previstas unas 1.000 conexiones de saneamiento, ya no solo en las viviendas que hace Mevir, sino también en otras vinculadas, en tanto anunció que habrá unas 500 conexiones de electrificación rural que Mevir encara con sus equipos y además en un trabajo interinstitucional para corregir el déficit de calidad de la habitación en el medio rural. Finalmente, habrá unas 500 intervenciones en las unidades productivas, en casas de pequeños productores, en viviendas dispersas, por ejemplo en las de prestadores de servicios, como los herreros o mecánicos, por ejemplo.
Entre las innovaciones incorporadas gradualmente en la gestión de Mevir a lo largo de las décadas, y tomando nota de realidades y necesidades que se han ido detectando en la oferta de soluciones habitacionales, el movimiento ha diversificado las posibilidades de acceso a la vivienda a través de los requerimientos de los propios beneficiarios de la obra del organismo, y en este sentido Bianco evaluó que se aprecia un conjunto más amplio de acciones, que ya no es solo construir viviendas.
En tal sentido puntualizó que “no es solo viviendas de núcleos, que son esos barrios de casas blancas –aunque ahora son de colores también– que uno ve cuando va por la ruta. Hay intervenciones en viviendas dispersas en el medio rural. En ambos casos hay reparaciones y ampliaciones. Por ejemplo, para mejorar la calidad habitacional, a veces es necesario mejorar el espacio donde se cocina, el baño está en el exterior y hay que integrarlo o hay que darle acceso al agua corriente en el interior de la casa”.
Otras innovaciones a cargo de Mevir comprenden unidades productivas en las que aporta para construcción de galpones, salas de ordeñe o espacios específicos para actividades hortícolas y avícolas. Además, participa en líneas de obras para el acceso a la energía eléctrica o al agua potable. “También hay una línea de trabajo que viene desde hace muchos años y que vamos a seguirla porque es muy importante para mejorar la infraestructura comunitaria, mediante convenios con instituciones del Estado, por ejemplo con el Instituto Nacional de Colonización para desarrollar nuevas colonias o dar soluciones a colonos, y en este sentido se hacen policlínicas con ASSE, comisarías o viviendas para el personal policial con el Ministerio del Interior, centros educativos con el Codicen, centros CAIF con el INAU”, habiendo asimismo un convenio con el BPS para crear viviendas para jubilados.
Esta tarea precisamente incluye en algunos casos la construcción de soluciones nuevas o se reparan o amplían las existentes. Paralelamente se instrumentan líneas de trabajo con asociaciones privadas, como las sociedades de fomento, generando infraestructura para mejorar las condiciones de la comunidad rural.
La vastedad de las necesidades, sobre todo en lo que se denomina el núcleo duro de la pobreza rural, es a todas luces un desafío tan imperioso como arduo de llevar adelante eficazmente, por lo que es de esperar que se cuente con los recursos necesarios y la visión indispensable para diseñar y ejecutar respuestas a tono con la realidad que se pretende modificar, en beneficio directo de sectores que todavía siguen al margen del apoyo del Estado para mejorar su calidad de vida.
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