Opinion | 21 Jul Aunque para muchos comprar por Internet aún representa algo así como adentrarse en un territorio desconocido, lo cierto es que el comercio electrónico está en crecimiento en el mundo y cada día son más las personas y empresas que realizan transacciones comerciales en línea, lo que incluye tanto al compra y venta de productos y servicios mediante Internet entre empresas y personas o, directamente de empresa a empresa.
Las ventajas son muchas y derivan del acceso al mercado global, lo que permite comprar o vender productos entre diferentes países, generando y reforzando los sistemas comerciales locales, nacionales o globales. Entre los principales beneficios se encuentran el ahorro de tiempo y dinero y cosas tan diversas como evitar salir a la calle a comprar o manejar dinero físico hasta acceder a productos que en el medio local no existen o a una mayor variedad de los existentes. Las desventajas del comercio electrónico también son conocidas: falta de confianza en el sistema, el temor a fraudes y decepciones.
En nuestro país, 3 de cada 10 personas ha iniciado algún tipo de compra electrónica, si tomamos en cuenta las transacciones de Mercadolibre, los sitios de descuento y las compras en el exterior.
En tanto, casi 300.000 uruguayos han realizado pagos o transferencias a través de Internet y al menos 160.000 han realizado compras en el exterior, siendo esta modalidad la de crecimiento más importante en los últimos tiempos. Algo similar ocurre con las compras en sitios de descuentos, que ha incorporado muchos adeptos en el último año.
Estos son sólo algunos de los resultados del primer estudio sobre comercio electrónico en Uruguay, realizado en 2014 la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic) con el objetivo de generar indicadores de línea de base en esta área.
A partir del estudio se estima, por ejemplo, que se realizan unas 380.000 transacciones electrónicas mensualmente; el rubro que recoge la porción más importante es el de ropa y calzado, con 15% de las transacciones. Lo siguen los artículos de electrónica (no incluye celulares, con el 8%), los hoteles y restoranes (8%) y los celulares y accesorios (7%).
Sin lugar a dudas, el comercio electrónico llegó para quedarse y no se trata de una moda pasajera, sino que existe una creciente y legítima demanda por parte de los consumidores uruguayos que cada vez se animan más a realizar transacciones electrónicas, ya sea parcial o totalmente.
Como generalmente los consumidores van a la vanguardia de las innovaciones, serán las empresas las que deban decidir si incorporarse o no a este mercado. Y seguramente a muy pocas se les pase desapercibido dos cosas importantes: el 74% de los uruguayos utiliza Internet (la mitad lo hace diariamente) y casi 1 millón de los habitantes de este país cuenta con tarjeta de crédito.