Nacionales | 24 Jul La recaudación de la Dirección General Impositiva (DGI) en el primer semestre de 2015 fue un 11,3% superior que en el mismo período de 2014. Si se descuenta el efecto inflacionario, la variación fue de un 3% por encima en comparación con el año pasado. La recaudación neta, es decir, sin contabilizar la devolución de impuestos, varió un 2,9%. El alza en la recaudación del Impuesto Específico Interno (Imesi) fue del 12,5% y compensó la baja del IVA de 1,6%.
Los impuestos al consumo, Impuesto de Valor Agregado (IVA) e Imesi, constituyen el 60% del total de recaudaciones de la DGI y registraron durante el mismo período una leve variación del 0,7% en términos reales. En esta tasa de crecimiento incide el crecimiento del 12,5% a precios constantes de la recaudación de Imesi, que compensa la variación en menos 1,6% que registra el IVA, medido a precios constantes, informó Presidencia.
La baja de lo percibido por el IVA se explica en la disminución de las importaciones, mientras que el alza en el Imesi fue por el incremento en la recaudación por combustibles, tabacos y cigarrillos y en menor medida, automotores.
El incremento de la recaudación se debe al grupo de impuestos a la renta, que en valores constantes registraron una variación en el período del 7,9%. DGI destaca aquí el incremento de la recaudación del Impuesto a la Renta de Actividades Empresariales (IRAE), que en términos reales llegó al 12,8%, sobre todo por la recuperación en los pagos de las empresas públicas. La DGI también destacó que la variación real en los pagos de las empresas de la actividad privada también es positiva.
El Impuesto a la Renta de las Personas Físicas evidenció una variación real en el semestre del 5,9%. Dentro de este impuesto se observa un crecimiento de las rentas de capital e incrementos patrimoniales que llega al 14,2% a precios constantes, mientras que la variación en las rentas del trabajo llega al 4,7%. Los impuestos a la propiedad también contribuyeron positivamente a aumentar la recaudación en el semestre. La variación real fue del 2,7%. El impuesto al patrimonio incrementó un 3%, mientras que el impuesto a las trasmisiones patrimoniales varió a precios constantes un 0,1%.