OPINIÓN

Locales | 26 Jul CASTIGOS EN LA IDP
El motivo de los traslados en la IdP no cabe dudas de que son castigos encubiertos. Ahora esta forma de esconderlo con la excusa de ser razones de servicio se equipara a la forma de ocultarse el avestruz escondiendo la cabeza mientras deja el resto del cuerpo afuera. Por más que los traslados son llevados adelante por jerarcas, el intendente no puede hacerse el distraído de este acoso laboral que están sufriendo los empleados de filiación nacionalista; es más, cuando alguno de sus jerarcas se ha salido de esta línea, como es el caso de la encargada de descentralización, él tomó el caso por su cuenta rectificando la decisión del mismo, cuando ya existía acuerdo entre todas las partes rectificando lo acordado.
A esto se debe que en mi moción haga mención al nombre del funcionario en cuestión, pues para muestra basta un botón, y no hay mejor ejemplo que este en el cual se le niega un funcionario al alcalde para mandarlo a una oficina en la cual es totalmente prescindible pudiéndose enviar allí a cualquiera. Por lo tanto de acuerdo a este razonamiento concluyo que sí, son situaciones originadas por el señor intendente y que sus directores actúan de acuerdo a su mandato expreso. Además en razón de haber salido en la prensa todo el culebrón originado por el capricho del intendente en hacer cumplir su castigo al funcionario, es que se presenta el caso con nombre para dejar en claro cómo ha actuado el flamante gobierno departamental al tratar la enormidad de traslados que pretenden infundir temor, (y que lo logran), en los funcionarios que no se suman a su partido político. Por esto es que se hace muy difícil que los empleados, muchos de los cuales ni siquiera son presupuestados, tomen acciones legales frente a este acoso. De por sí las personas acosadas moral y laboralmente se retraen llamándose a silencio en la mayoría de los casos.
Es lamentable que algunos ediles que dicen haber defendido a los trabajadores, como Hermes Pastorini, prioricen su partido político sobre los derechos, viendo en forma sesgada como trabajadores únicamente a los que militan en su partido, buscando detalles como lo es el de presentar un nombre como ejemplo de la irregularidad general para desligarse y atacar en lugar de defender a sus propios compañeros de clase. Aunque hay que entender que el edil Pastorini ya no pertenece más a la clase de los trabajadores, sino más bien a la clase política, defensora incondicional del oficialismo.
Javier Pizzorno
Edil del Partido Nacional