Opinion | 24 Jul El recién ingresado Ejecutivo departamental se ha interesado en la esperada culminación de la reforma del centro sanducero, la semipeatonal de 18 de Julio en cinco cuadras de extensión y una obra similar en 19 de Abril entre Leandro Gómez y 18 de Julio.
Resulta más que evidente que para potenciar el centro de una ciudad se hace necesario dotarlo de espacios donde el peatón sea el gran protagonista. En una ciudad como Paysandú, donde se acostumbraba estacionar frente al comercio al que se concurría, eso ha sido un desafío mayor. Lo fue primero con la centralización de los estacionamientos de motos en las esquinas --y recientemente con una nueva reubicación-- y posteriormente, a partir de la instalación de la zona tarifada de estacionamiento continuó con autos y camionetas.
Pero más allá de que quienes tienen un vehículo siguen pensando que es demasiado caminar una o dos cuadras, sin dudas revitaliza el centro una zona con dominio peatonal. Desde el comienzo mismo del proyecto se dijo, y se repitió en varias oportunidades, que una semipeatonal tiene menos impacto que un área exclusivamente peatonal la que, en definitiva beneficia a todos los comercios céntricos y promueve un uso ciudadano más intenso del área.
Pero, lo que está, está. Hay un avance en el concepto del proyecto de la calle por 19 de Abril frente al teatro Florencio Sánchez desde que el énfasis en el tránsito peatonal es mayor. El hecho de que entre ambas veredas el nivel de la calzada sea la misma es un beneficio, pero aún se mantiene el cruce de vehículos. Quizás con esta confirmación se continúa perdiendo la oportunidad de contar con un espacio realmente peatonal. Y en esa cuadra eso resulta más frustrante aun, teniendo en cuenta que se proyecta --aunque a mediano plazo-- que el Florencio Sánchez sea el núcleo de un centro cultural que incluya al Café del Teatro que hoy se reinaugura y a algún edificio complementario que surge de alguna compra o expropiación, lo que además permitiría usar los anillos de Cazuela y Paraíso, con la necesaria seguridad para los espectadores.
Apenas una cuadra, pero de enorme impacto si la decisión fuera hacerla realmente peatonal. Incluso, aprovechando que pasa frente al teatro, se podrían colocar esculturas o grupos escultóricos con algunos de los grandes artistas que pasaron por la sala, desde Gardel a Los Iracundos, desde Luis Sandrini a Alberto Candeau, para nombrar apenas algunos. O realizar un Paseo de la Fama con baldosas en las que se recuerde a los grandes artistas de esta ciudad.
Es una oportunidad única, pero aun la seguimos perdiendo. Es apenas una cuadra, pero resultaría una decisión contundente --o “potente” como le gusta decir al intendente-- que la nueva Administración reconsiderara el asunto. Sólo se trata de caminar juntos hacia las transformaciones que la ciudad necesita.