Deportes | 28 Jul Dolores Moreira intentaba dejar lista la valija para emprender el viaje de vuelta a Uruguay. Llena de ansiedad por verse con los suyos y por el recibimiento que se anuncia, la velerista que fuera medalla de plata en Laser Radial en los Juegos Panamericanos, está volando por estas horas a Miami, y desde allí emprenderá viaje directo a la capital de nuestro país.
“Nerviosa... ¡con lo que me gusta subirme al avión! Pero estoy contenta; ¡como para no estarlo!”, dijo anoche a EL TELEGRAFO, a horas de emprender el vuelo.
También se confesó “medio nerviosa” por la conferencia de prensa pactada en el Yacht Club Uruguayo para mañana, poco después de su llegada a Montevideo. “Es que no se me da bien hablar en público”, dijo reflejando un poco de verguenza, lógica de una joven de solo 16 años. “Pero bueno, hay que aprender”, agregó.
Dolores no se imagina cómo será el recibimiento. Solo atinó a decir que “espero que esté la gente de la náutica, a toda la gente que me siguió y apoyó durante el campeonato. Y voy a estar feliz de ver a mi familia, que son los principales; sin ellos no estaría acá”.
“Hay que aprovechar la chance de poder volver a Uruguay para estar con la familia, que se extraña. Y poder estar al menos unos días con la gente que me siguió”, agregó, no sin antes manifestar el otro objetivo: “buscar más apoyo para lo que se viene”.
Sobre la repercusión que tomó el haber logrado la medalla de plata en los Panamericanos, Moreira fue un poco más allá, y destacó cuál es el sentir de todos los deportistas celestes que defendieron al país en Canadá.
“Está bueno que tenga esta repercusión porque significa que el deporte está cambiando, que la gente está empezando a darse cuenta de los deportes menores, y que todos los deportes son importantes y todos estamos representando a Uruguay. Todos vinimos con la meta de dejar a Uruguay bien arriba. Todos nos esforzamos e hicimos lo que teníamos a nuestro alcance para intentar lograr esa meta”, afirmó.