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Paysandú, Sábado 01 de Agosto de 2015

DELICADA SITUACIÓN EN CAMPOS Y TAJAMARES

La seca se agudiza en Paysandú

Rurales | 25 Jul La situación de los campos de gran parte del departamento de Paysandú y la región es muy comprometida debido a la ausencia de precipitaciones, pero no solo por el escaso crecimiento de pasto, natural en esta época debido a las heladas, sino por la falta de agua en aguadas y tajamares, que están sintiendo el impacto de varios meses sin lluvias.
Los datos aportados a EL TELEGRAFO por la Estación de Meteorología de Paysandú son muy claros: en febrero llovió 42 milímetros (135 es el promedio histórico para el segundo mes del año), en marzo 22 (147), abril 28 (103), mayo 86 (77), junio 27 (70) y julio sin lluvias hasta el momento (71).
Si sumamos lo que debería llover como promedio en los seis meses citados, serían 603 milímetros, pero hasta el momento apenas llegan a 205 mm y, fundamentalmente, muy mal distribuidos. Tal es así, que desde marzo a la fecha las precipitaciones consideradas más interesantes fueron: 18 milímetros el 4 de marzo, 28 el 17 de abril, 47 entre el 1º y 2 de mayo, 33 milímetros el 10 de mayo y 27 el 29 de junio. O para ser más claros aún, desde el 10 de mayo solo llovió en esta zona del departamento de Paysandú 32 milímetros, en 75 días. Eso determina que hoy los productores sumen otra preocupación a los problemas de altos costos y dificultades de colocación de su producción.
A pesar de que se estima que no se verificarían más heladas en lo que resta del año, las que se registraron durante junio y julio “ya cumplieron su objetivo”, entienden productores consultados, pero no sucedió lo mismo con las lluvias, “que se nos vienen negando en esta zona del litoral”, explicaron.
Es que el pasado fin de semana se aguardaba que las predicciones meteorológicas se concretaran, pero volvieron a fallar en la zona. En cambio, en departamentos como Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo, entre otros, recibieron lluvias que en algunas zonas superaron los 80 milímetros.

PASTURAS
“Desde marzo en adelante las tasas de crecimiento de las pasturas en el promedio histórico son menores en la región, acompañando este desempeño de las precipitaciones”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, técnico del Plan Agropecuario en Paysandú.
“La situación de la ganadería respecto a la disponibilidad de pasto es bastante cambiante entre predios y entre zonas”, acotó, explicando que “a pesar de ser bajas las tasas de crecimiento, no hay graves problemas de disponibilidad de forraje”.
De todas maneras, consideró que “lo que se ha perdido considerablemente y sobre todo en los últimos cuarenta días ha sido la calidad de ese forraje, producto de que las pocas heladas que se han registrado hasta ahora en la zona han ocurrido en este último tiempo y han sido importantes”.
Para el técnico, “la zona del ejido de Paysandú es la zona en donde menos ha llovido, coincidiendo en que es la zona de mayor cantidad de pasturas sembradas y mejoradas, asociadas con sistemas de producción más intensiva, como es la lechería”. Recordó que, después de las lluvias de fines de abril, se logró hacer una buena implantación de verdeos, pero la situación actual es que ha costado mucho la recomposición de esos tapices, producto de que faltó el agua”. Explicó que en otras zonas del departamento, como Chapicuy, Bella Vista, incluso Quebracho, “se han registrado algunos episodios más de lluvias que ayudaron mucho a que no se sienta tanto el impacto del déficit hídrico como ocurre en el entorno de Paysandú”.
Respecto a qué sucede en la zona de ruta 26 y suelos de basalto superficial, “ha llovido menos de lo normal, pero la situación no es dramática, ayudada porque el invierno no ha tenido temporales ni mucho frío”.
De todas maneras, el profesional precisó que “es más visible el problema de menor disponibilidad de las aguadas, que es un inconveniente que venimos arrastrando desde fines del verano y que en algunos predios tiene más complicaciones que otros”.

GANADO
En cuanto al estado del ganado, Rómulo Cesar explicó que en términos generales “no se visualizan mayores problemas en las haciendas del departamento”.
Aclaró que en muchos campos “donde hay buena disponibilidad de pasto, el estado del ganado está un poco por debajo, a pesar de la buena pastura”, lo que amerita varias lecturas”.
En el caso de predios en donde se ha recurrido a prácticas de suplementación, “tendientes a la mejor utilización de ese forraje, es probable que el resultado se vea en los animales, pero en general los animales están sin mayores problemas”. Entiende que los productores que la han pasado mal “es por una sobrecarga en la Unidad Ganadera por hectárea. Se aprecia en una misma zona y en productores que son linderos, que uno tiene buen pasto y otro bastante menos y la diferencia entre uno y otro es la carga”.

EL NIÑO
El especialista en climatología y docente de la Universidad de Buenos Aires Eduardo Sierra, quien días atrás expuso en una jornada realizada en Colonia, dijo que el fenómeno de El Niño “ya está instalado como proceso global”, pero aclaró que su acción recién se apreciará “con fuerza a partir de la próxima primavera”.
Aunque consideró que “actualmente está muy bloqueada la lluvia”, aseguró que se esperan lluvias para los próximos 15 días sobre las costas del Río de la Plata, pero también afirmó que “agosto no tendrá tormentas importantes”.
El nuevo episodio de El Niño que se aproxima para la región implica aspectos buenos y malos. Habrá bastante lluvia y temperatura más elevada que lo habitual, en el marco de un período “bastante errático”, dijo en su exposición.
Remarcó que el de El Niño “será un fenómeno muy extremo de lluvias”, con un “reparto desparejo, concentrándose en algunos focos y en otros, no”; algo similar a lo que sucede ahora en Uruguay.
“La parte norte de Uruguay puede tener tormentas tremendas, mientras que en Colonia, Soriano, Canelones y otros departamentos del sur tendrán lluvias normales e inferiores a lo normal”.
Para Eduardo Sierra, se espera que sea uno de los fenómenos “más intensos en la historia”, lo que establece la combinación de fenómenos muy contrapuestos, es decir, períodos de lluvias muy abundantes con otros muy secos y cálidos, como el actual, “donde desde hace varios meses prácticamente no llueve y hay frío porque es invierno, pero tenemos un grado y medio o dos grados por encima de lo normal”.
El experto argentino, quien expuso sobre Perspectiva agroclimática 2015/2016, precisó que “debemos esperar un verano muy lluvioso, con tormentas muy fuertes”, con El Niño extendiéndose esperando para el inicio del otoño un último conato, es un fenómeno que “suele despedirse con una racha de tormentas muy fuertes entre el 20 de marzo y Semana Santa”.


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