Opinion | 29 Jul De cara a la elaboración del próximo Presupuesto Quinquenal, el presidente Tabaré Vázquez anunció este lunes, luego del Consejo de Ministros, que su gobierno realizará una inversión en infraestructura para este período de cinco años de unos 12.000 millones de dólares, apuntando a que el 66% de la inversión será financiada con fondos públicos y el 34% con fondos privados.
De acuerdo al mandatario, este monto en inversión será “récord histórico” en el país, superando la suma de lo invertido durante los dos gobiernos anteriores y hasta triplicando o cuadriplicando la realizada en otros períodos anteriores de gobierno.
El jefe de Estado, al dar cuenta del destino de las afectaciones presupuestales, y hacer referencia al monto que se destinará a cada sector, indicó que U$S 4.230 millones se volcarán al área de la energía, U$S 2.360 millones en vialidad, U$S 1.870 millones en infraestructura social, U$S 1.320 millones en vivienda, 500 millones en comunicación, 550 millones en agua y saneamiento, 550 millones en puertos, 360 millones en red ferroviaria y U$S 380 millones en otros rubros.
Según el presidente, “acá no hay política de achique, no hay recortes. Acá lo que hay es seriedad en los planteamientos y seriedades reales de llevarlos a cabo”, y agregó que “para este programa no está previsto utilizar nada de las reservas internacionales”.
Por su lado, el ministro de Economía y Finanzas, Cr. Danilo Astori, expresó que no percibe “ningún riesgo de presión inflacionaria” con este programa de inversiones y que “el endeudamiento no es la base de financiamiento de este plan de obras”.
Expresó paralelamente que “el impacto fiscal de estos anuncios está debidamente estudiado como para que no originen desequilibrios desde este punto de vista ni tampoco alimente presiones inflacionarias”, y en lo que refiere a la continuidad de las obras del proyecto Antel Arena, Vázquez señaló que su presupuesto no está incluido en este programa de inversiones ya que será previsto en un proyecto aparte que será anunciado en los próximos días, tratándose del mismo caso que el Puerto de Aguas Profundas.
En cuanto a inversión social, el presidente señaló que solo lo recibido por PPP a través de la Unidad de Personas Privadas de Libertad será vez y media lo que estaba emitiendo el gobierno. Mientras que en el caso del ferrocarril, dijo que a través de Fondos Estructurales de Mercosur se contará con U$S 200 millones más U$S 10 millones de otros recursos, y consideró que en el marco de la reforma ferroviaria, para el tramo Algorta- Fray Bentos destinará U$S 90 millones y también se contará con U$S 60 millones para la adquisición de material rodante.
Para el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), dijo el mandatario que se derivarán U$S 200 millones, para la adquisición de cemento para Ancap unos U$S 80 millones y para otras obras que el gobierno anunciará en los próximos días, unos U$S 100 millones.
Hasta aquí en grandes líneas los anuncios del mandatario en cuanto al Presupuesto Quinquenal, que es la ley madre de toda gestión de gobierno, desde que encuadra la filosofía que presidirán las acciones del gobierno, la estructura de gastos e inversiones, aunque debe tenerse presente que todavía hay mucho partido por jugar, y que por ejemplo en esta etapa del presupuesto prácticamente todos los gremios de funcionarios públicos se encuentran en pie de guerra, en el clásico tironeo por recursos que incluye las consabidas presiones, movilizaciones, paros, huelgas, y que este escenario irá in crescendo a medida que se aproxime la fecha de cierre para la aprobación en el Parlamento, que es el 31 de agosto.
La meta de destinar más de 12.500 millones de dólares en infraestructura en varias áreas es un objetivo compartible, pero como ocurre en toda gestión de gobierno, siempre corresponde separar la paja del trigo y sobre todo, ponderar en su verdadera dimensión la posibilidad de que los enunciados se correspondan con la realidad en base a los recursos de que se disponga.
El déficit en inversión en infraestructura en Uruguay se arrastra desde hace muchos años y por lo tanto es impensable que en un solo período de gobierno se pueda lograr una puesta al día en la diversidad de áreas en que se requiere. Es preciso en este sentido tener en cuenta que, lamentablemente, tras una década de bonanza por efectos de las favorables condiciones internacionales, como nunca se había visto en el país, hubo un notorio desaprovechamiento de recursos y lo que es peor, se aumentó el gasto aun más allá de los recursos adicionales que se recibieron, con el agregado de que se aumentó la deuda y encima se ha generado un déficit fiscal del orden del 3,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
Las condiciones internacionales han cambiado, y este factor ya está repercutiendo negativamente en el país, por lo que aparentemente se trataría de hacer lo que no se hizo en una década en un solo período, en el que estamos entrando en un ciclo de vacas flacas, lo que no es fácil de asumir.
Lamentablemente los antecedentes no ayudan a Vázquez en cuanto al celo por cumplir con determinados anuncios, porque debemos tener presente que en su primer mandato, a poco de asumir, prometió que realizaría la “madre de todas las reformas” del Estado, pero al cabo de todo su mandato, y del de su sucesor José Mujica, ni siquiera se arañó la cáscara del Estado.
Si ello se hubiera hecho en aquel momento, hoy tendríamos mucho menos problemas que los que tenemos, porque el Estado pesaría menos de lo que lo hace sobre la estructura productiva de bienes y servicios del país, y no se llevaría tantos recursos que sí sería posible invertir en infraestructura para apuntalar el crecimiento y el desarrollo.
Por lo tanto, si bien es compartible toda o la mayor parte de los anuncios del mandatario, el que se quiera hacer no quiere decir que esté ya resuelto el cómo y con qué, más allá de las asociaciones Público-Privadas o los fideicomisos que muchas veces no son más que endeudamiento del Estado disfrazado. Y a menos que alguien descubra en este país la generación espontánea de divisas, lo que se gasta hoy con recursos que no se tienen terminará pesando mañana.