Locales | 02 Ago “Si no mejoramos la parte comercial, es obvio que es inviable, pero es un riesgo que tiene toda empresa. Aunque por cómo se venían dando ahora las ventas, creemos que no era para nada inviable”, dijo a EL TELEGRAFO el vicepresidente de Cotrapay, Miguel Sabaño, y que “es cierto y era claro que había que hacer correcciones”.
Sobre si se analizaron las alternativas y el informe de inviabilidad de Tessamérica, Sabaño indicó que “el tema de la viabilidad ni lo hemos alcanzado a discutir, porque después que nos enteramos de cuáles eran los problemas, no tuvimos más reuniones. La última reunión fue el 6 de julio en el Ministerio de Industria, pero en ningún momento se habló sobre la inviabilidad. Y nuestra contadora participó además de las dos reuniones a principios de julio, el 3 y el 6 que fueron en el Ministerio de Industria. Fuimos el viernes, vinimos y elaboramos un proyecto el sábado y lo terminamos el lunes de mañana que nos reunimos con Silvia Belvisi y de tarde fuimos a la reunión. Pero en ningún momento se dijo de parte nuestra de la inviabilidad”. Esas últimas dos reuniones “lo que discutimos fueron los datos que ellos dieron sin que leyéramos el informe del técnico, del cual nos enteramos en esa reunión del viernes 3”, añadió. En cuanto a si pudo haberse dicho en las reuniones previas en Presidencia, estimó: “Ellos hacían cuestionamientos porque veían lo que habíamos invertido y lo que habíamos producido, y por eso veían una inviabilidad. Pero no veían todos los arreglos que se hicieron, y al principio tuvimos los gastos necesarios para funcionar bien. Ellos veían que gastamos cuatro millones de dólares y produjimos un millón y medio, y visto así es lógico que una empresa es inviable. Pero eso estaba dentro del proyecto, y no gastamos cuatro millones para producir uno y medio, se gastó en infraestructura para seguir produciendo”.
“Capaz que ahí se haya hablado algo de la inviabilidad, pero también se hacían observaciones y cambios que era lo que se hizo en los últimos tiempos. Por ejemplo en la parte comercial, que habíamos cambiado la estrategia de trabajo en diseño, donde no íbamos a hacer las colecciones como pensábamos al principio, sino que íbamos a trabajar sobre tendencias para achicar los gastos, y eso nos dio algún resultado, permitiéndonos trabajar cinco meses sin deber más plata”, detalló Sabaño.