Opinion | 03 Ago Hace unos días, la BBC analizó la realidad social del consumo de sustancias y su normativa legal, bajo el título “El lado prohibicionista de Uruguay, el primer país que legalizó la marihuana”.
Allí detalla el comportamiento comercial existente en algunas ramas, como por ejemplo las estaciones de servicio, donde se muestra la cartelería que anuncia la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas entre las 0 y las 6 --con posibilidad de extender el horario de 22 a 8-- mientras que los operarios deben enfrentar los reproches que comparan esta medida con la regulación del mercado de la marihuana, una droga que se espera se venda al público en las farmacias.
Allí mismo, se observa que “un país con 3,3 millones de habitantes, que en los últimos años sorprendió con sus leyes liberales y permisivas sobre cannabis, aborto o matrimonio gay, también tenga normas restrictivas sobre el alcohol, la sal (en bares y restaurantes de Montevideo) o los disfraces de Carnaval (que satiricen ideas religiosas, políticas, filosóficas o etnias)”.
Como sea, estas cuestiones se observan desde cualquier lugar y las comparaciones con otros comportamientos históricos resultan obligadas.
Mientras tanto, una comisión multisectorial que busca abatir el consumo problemático de alcohol trabaja a impulsos del presidente Tabaré Vázquez y envía nuevos proyectos de ley. Sin embargo, no ha logrado abatir los cuestionamientos políticos de propios y ajenos. El directorio del Partido Nacional manifestó su inconformidad acerca del desempeño de la senadora Verónica Alonso, aclaró que el nacionalismo es “la oposición” y explicó que la legisladora asistente a este grupo, no estaba autorizada a acordar en nombre del partido.
Por el lado oficialista, la extensión del horario de prohibición del expendio genera resistencias en la interna. En su cuenta de Twitter, el diputado del MPP, Sebastián Sabini escribió: “Sinceramente no sé cuáles son los beneficios de reducir el horario de venta de alcohol. Penaliza a los que no pueden pagar para tomar en un bar”, no obstante, se manifestó afín a una regulación.
Paralelamente, el equipo de trabajo anuncia el envío de pequeños proyectos de ley por separado, como es el caso de la celebración de un “Día Nacional para la prevención del consumo problemático de bebidas alcohólicas”, el 15 de octubre, enmarcado en una jornada de sensibilización, en vez de “una ley general e integral” que regule el mercado “en todos sus términos” y no “ir legislando por pedacitos, lo que no ayuda a la eficiencia parlamentaria”, según Sabini. En la interna también se ha conocido que –básicamente-- se manejan ideas personales del presidente Vázquez, que posteriormente anuncian otros integrantes.
Durante el año de estudio del presupuesto quinquenal, es importante recordar que para obtener resultados positivos con una medida restrictiva y de impacto social, se debe apelar a una alta fiscalización y para ello,es imprescindible dotar de mayor presupuesto y recursos humanos al INAU.
En tanto, la tolerancia cero en conductores tendrá una ley exclusiva que ya está redactada, pero depende de los tiempos parlamentarios, mientras que la comisión elabora otro paquete de medidas. Un camino de decisiones intrincado que nos describe cómo somos al momento de decidir medidas de impacto colectivo.