Claudio Biaggio

Deportes | 03 Ago En 1989 llegó a Peñarol proveniente de All Boys de Santa Rosa. Estuvo una temporada y jugó poco. Y pasó a Danubio, donde estuvo desde 1990 a 1993.
Fue el salto para volver a Argentina y comenzar a transformarse en ídolo de San Lorenzo en base a goles. Después, el pampeano Claudio Biaggio se iría a Francia, volvería a los santos, y jugaría luego en Japón, Ecuador, Argentina y también Uruguay, dado que en 2002 fue campeón del Clausura con Danubio y en 2005 también tendría su pasaje por Juventud de Las Piedras.
Desde hace nueve años cambió la camiseta de goleador por el buzo de técnico en formativas. Y desde hace dos es técnico de la Reserva de San Lorenzo, con la que llegó a Paysandú para enfrentar a Peñarol.
Biaggio nunca esperó que su llegada a Paysandú le deparara el reencuentro con un par de amigos con los que vivió en un hotel en Montevideo durante su arribo a Peñarol. Uno de ellos fue Robert Castagnino, que llegó al Gran Hotel, donde estaban alojados los santos, acompañado por sus dos hijos para saludar al “Pampa”. El otro es José Enrique De los Santos, el exfutbolista que hoy acompaña a Pablo Bengoechea en el cuerpo técnico carbonero.
“Esto es hermoso. Uno nunca espera venir a Uruguay como técnico de una institución tan importante a enfrentar a otro club importante, y reencontrarse con amigos que me apoyaron en su momento”, dijo emocionado tras el reencuentro.
Las anécdotas comenzaron a fluir. Los recuerdos del Hotel Cervantes, las mateadas en la rambla, Biaggio cabeceando carteles durante las caminatas a modo de entrenamiento. Y los momentos complicados.
Es difícil imaginarse a Biaggio caminando desde el hotel al Palacio Peñarol para alcanzar el ómnibus que trasladaría al plantel a Los Aromos, porque no tenía dinero para el boleto.
“Cuando uno quiere llegar, hay que luchar hasta el final. Yo he tenido que caminar al Palacio Peñarol porque no tenía la plata necesaria para tomar el ómnibus todos los días. En los primeros meses en Peñarol tenía necesidades, me costó muchísimo, pero mucha gente uruguaya, amiga, estuvo al lado mío y eso es imborrable”, recordó. “Por eso agradezco a todos, al fútbol, a esa gente que estuvo cerca cuando no esperaba cosas díficiles; porque uno cree que venir a Peñarol es tener la gloria, y te encontrabas con esto de que no te alcanzaba la plata para todo el mes. Había que lucharla, y yo era un juvenil que venía de La Pampa”, agregó.
Por eso Biaggio no se dio por vencido. Y hoy intenta inculcarle lo mismo a sus jugadores, no solo en lo futbolístico. “A los chicos hay que inculcarle la ilusión. A veces tienen la necesidad de volcarla en un campo de juego limitados por la sociedad o la familia, pero hay que lucharla hasta que no se pueda más”, afirmó.
El “Pampa” asegura tener el mejor de los recuerdos del fútbol uruguayo. “Me dejó todo. Estar en Peñarol, Danubio y Juventud me enseñó muchas cosas, me dio la alegría de volver a mi país e irme al extranjero”, señaló no sin dejar de recordar su pasaje por el Danubio de 2002.
“Era un grupo muy bueno, con dirigentes muy capaces. Uno no se daba cuenta en ese momento lo que se estaba haciendo en el club, y hoy veo el crecimiento no solo de Danubio sino del fútbol uruguayo”.
Biaggio reconoce que en nuestro país, pese a todos, “las canchas son hoy muy diferentes a las que tenía que jugar yo. El fútbol en sí ha cambiado en Uruguay, la intensidad es diferente, porque antes jugar ante un equipo no era fácil pero uno argentino marcaba la diferencia. Hoy no es tan así, hay que respetarlo al máximo, sea cual sea”.
Hoy está sumergido en el rol de entrenador. Y en las formativas, como le gusta. “Este es el noveno año, el segundo en la Reserva de San Lorenzo”, informó para luego asegurar que “es una experiencia única porque estás entrenando con jugadores profesionales, de Primera. Y con juveniles a los que he tenido anteriormente. Así que se conjunta todo, y tratamos de acoplarnos a lo que pretende la Primera del club”.
La idea en formativas es clara. “Uno trata de enseñar, aconsejar e ir indicando cuál será el camino a recorrer como profesional. En Reserva es distinto, se llega a una etapa de resultados, de meterlo en Primera División. Y tenemos que prepararlos para el gran salto” dentro de un club que “está muy bien en Primera y también instucionalmente”.
El exgoleador está cómodo en su función. Disfruta, se siente útil y toma en serio la formación de los chicos, el transmitir su experiencia. Tanto que dice que no se muere por dirigir en Primera.
“No me desespero por dar el salto. En algún momento va a tocar, pero ahora quiero disfrutar de este momento. Trabajar y apoyar a estos chicos que tienen la misma ilusión que tenía yo de llegar a Primera”, juró.

"OJALÁ LE DEN A TINELLI LA OPORTUNIDD
“El fallecimiento de (Julio) Grondona (expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino) fue un golpe duro. Pero creo que puede ser un cambio para el que venga. Para el nuevo presidente no será fácil, porque Grondona tuvo mucho predominio durante demasiado tiempo”, dijo Claudio Biaggio con respecto a la situación del fútbol de la vecina orilla, sumergido en inconvenientes políticos que comenzaron a salir a la luz tras el escándalo FIFA.
“El fútbol tiene que cambiar de alguna forma. Ojalá que este golpe permita que el que asuma cambie el funcionamiento del fútbol argentino, porque al igual que al uruguayo lo vienen a buscar de todos lados”, agregó.
El exgoleador, más allá de destacar que el nivel de juego y ataractivo ha levantado, deseó “que esto mejore”, y confía en que el vicepresidente de su club, Marcelo Tinelli, es buen candidato para hacerse cargo de la AFA. “Marcelo es un vicepresidente joven, con mucha inquietud de cambiar muchas cosas. Lo ha hecho en San Lorenzo, que es hoy una institución que está dando que hablar; hace mucho que no se veía así al club, y ojalá le den la oportunidad porque es gente joven que quiere cambiar la imagen del fútbol argentino”. Igual, si en algún momento Tinelli llega al sillón de la AFA, Biaggio dejó en claro que “para San Lorenzo será complicado” por el hecho de dejar ir al dirigente.