ÁLVARO DELGADO Y GUSTAVO PENADÉS

Locales | 08 Ago Los legisladores nacionalistas Gustavo Penadés y Álvaro Delgado señalaron a EL TELEGRAFO que la incertidumbre laboral en los sectores manufactureros –como el textil-- responde a una falta de proyectos dinamizadores y al rechazo a suscribir acuerdos globales con otros países.
“Si el gobierno hiciese un proyecto en serio, debería comenzar por evaluar las fábricas que resultan rentables, cantidad de operarios afectados, tipo de maquinaria y a quiénes les vamos a vender el producto. Lo que el Frente Amplio no dice es que uno de los motivos por los que la industria textil está condenada en Uruguay es porque se negaron a firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Ese acuerdo hubiese implicado una motivación para Cotrapay, entre otros emprendimientos, porque hoy mandan los mercados. Estos proyectos se armaron a los bochazos, por eso no podemos agarrarnos con los trabajadores ni tampoco permitir que el Fondo de Desarrollo (Fondes) sea una red sin fondo”, explicó Penadés.
En referencia al panorama deficitario que presenta Ancap y la aprobación de una comisión investigadora que analice el desarrollo del ente entre 2000 y 2015, cuya tarea terminará a fin de este año, Delgado recordó que “cuando comenzamos a investigar, vimos que en las empresas públicas se gastó mucho y en la mayoría de los casos se gastó mal. Si escuchamos a un ministro que dice que se deben coordinar las inversiones, bajar los niveles de gastos y contratos, nos damos cuenta de que se gastó la plata como si nunca se fuera a parar. Cuando hablamos de una oportunidad perdida, nos referimos a eso”.
Según Delgado, Uruguay atravesó por esa coyuntura “en los últimos diez años --particularmente en los últimos cinco-- donde los productos valían, la inflación estaba controlada, la tasa de desempleo era muy baja y sobre todo, había una alta recaudación en el Estado. Sin embargo, en vez de aprovechar eso para generar infraestructura real, crear fuentes de trabajo y proyectos o invertir en educación, se gastó en otras cosas que no son prioritarias y hoy comenzamos a pagar las consecuencias”.
El representante de Todos Hacia Adelante enumeró que “la suspensión de las obras del Antel Arena es consecuencia de la mala gestión que originó esta situación, pero pasó en otros organismos. El déficit de U$S 324 millones en Ancap durante 2014 y de U$S 170 millones en 2013, o sea, de U$S 500 millones en dos años, está relacionado con esto. Es casi un punto del Producto Bruto Interno de Uruguay y su patrimonio bajó de U$S 1.200 millones en 2012 a 440 millones en 2014, con un endeudamiento de U$S 1.100 millones a 2.200 millones. Los astros están alineados para decir que acá hubo mala gestión con la principal empresa del Uruguay, que además es monopólica”, añadió. El senador nacionalista consignó que “ojalá la variable de ajuste para mejorar el flujo de caja y el balance de este año no vuelva a ser la gente, en caso de que el gobierno decida un aumento de las tarifas públicas. Esas son las soluciones más fáciles para recaudar y evadir”.
Por su lado, el gobierno argumentó que las inversiones resultaron necesarias, en tanto Uruguay padecía un retraso de 30 años. Para el diputado Penadés, el Poder Ejecutivo “debe preguntarse cómo se invirtió y no cuánto se invirtió. ¿Ancap necesitaba un avión?, porque se gastaron miles de dólares en su adquisición. ¿Antel necesitaba un satélite?, pero se gastaron millones de dólares”.
El legislador resaltó que “Ancap, una empresa monopólica, no necesitaba gastar U$S 50 millones en publicidad en televisión y a eso sumemos el derrumbe del techo de un emprendimiento construido hace seis meses en las instalaciones de Ancap. Esto nos indica una mala gestión y las variables de ajuste son las tarifas”.
Penadés sintetizó que en este marco de situaciones, “el gobierno pide una política de desindexación, quiere controlar la inflación y el dólar se está escapando. Eso ya se comenzó a vivir con sus consecuencias, que es el aumento inflacionario y la tasa de desempleo”.
Con este escenario, “el gobierno debe priorizar y la construcción de un Antel Arena no es prioritario”, a excepción de que “el Poder Ejecutivo realizara un llamado internacional y convocara a especialistas en la administración de un complejo de estas características, sin discutir la propiedad que seguirá en manos del Estado. O sea, no es sensato que los bolsillos de los habitantes del Interior se hagan cargo de este emprendimiento en Montevideo”, y concluyó que “Uruguay está viviendo un ajuste fiscal encubierto”.