Opinion | 11 Ago En junio pasado, el Poder Ejecutivo, a través de una resolución oficial, creó Comisiones Departamentales Asesoras Honorarias para la Seguridad Rural, que funcionarán bajo la órbita de la Comisión Nacional Asesora Honoraria para la Seguridad Rural dependiente del Ministerio del Interior y, entre otros temas, procurarán trabajar en relación a la problemática del abigeato.
En estos días, en el marco de la instalación de la Comisión Departamental de Río Negro, el ministro Bonomi y el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, se refirieron a este problema que azota a los productores rurales y afirmaron la necesidad de incorporar tecnología y mejorar el involucramiento de los ciudadanos para combatir el abigeato.
Desde hace ya tiempo, las gremiales rurales denuncian que la producción agropecuaria asiste con marcada preocupación a la creciente incidencia del abigeato, la faena clandestina y la inseguridad en que viven productores ganaderos, agricultores y granjeros ya que sus medios de producción están permanentemente expuestos a la depredación de particulares, pero preocupa el hecho de que la integridad física de las familias rurales está permanentemente amenazada.
La frustración de los productores rurales se encuentra con un marco penal que no es lo suficientemente contundente como para castigar con severidad a los delincuentes, que operan generalmente en bandas organizadas y rápidas, con gran conocimiento de los movimientos de los productores y la propia Policía.
Se trata de un problema complejo que, como señaló el ministro Bonomi, requiere de cambios operativos para responder ante estas situaciones, lo que demanda que quienes tienen esa responsabilidad se capaciten e incorporen tecnología.
“Hoy la Policía cuenta con nuevas herramientas, como bastones de lectura de los chips que, en combinación con el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, permite saber los orígenes del ganado en pie y transacciones correspondientes”, señaló el ministro. Es un adelanto, pero también se necesitan acciones preventivas, recursos financieros y más capacidad de control y respuesta.
Los productores de todo tamaño ya han estado sufriendo demasiadas pérdidas económicas que en los casos más extremos se convierten en titulares de noticias demasiado frecuentes. En época de asignaciones presupuestales conviene recordar que es urgente comenzar a caminar hacia soluciones más efectivas para contrarrestar la inseguridad y la preocupación extra que los delitos mencionados generan en los habitantes de nuestro medio rural.