Rurales | 11 Ago En una lucha de nunca acabar, un productor de un establecimiento en la zona de la balsa de arroyo Negro constató la muerte de varias ovejas a causa de perros que incluso están identificados “pero nadie hace nada”, manifestó a EL TELEGRAFO Alejandro Olaso.
Las jaurías siguen generando un daño irremediable en la majada de nuestro país, convirtiéndose junto al abigeato y la presencia de otros depredadores, en una de las principales causas del cambio en productores que dejan de criar ovinos ante la impotencia que esto genera.
“Desde hace unos cinco años que nos tienen a maltraer”, dijo el productor sanducero a cargo de estancia “Dos Arroyos” en la zona de colonia Paysandú. “Después de dos meses en donde estábamos tranquilos, la majada comenzó a parir y volvieron nuevamente, tratándose de perros que habitualmente se los ve en el vertedero municipal rumbo a Casa Blanca”, añadió.
Recordó que el año pasado le mataron unos 50 corderos chicos y 20 ovejas en la misma noche. “En lo que va del año vamos perdiendo unas 12 ovejas y otras que están mordidas y prácticamente no tienen solución”, explicó resignado. Consultado si no procuró utilizar animales de custodia de ovinos como son las llamas o burros californianos, dijo que “no, porque los matan a ellos”. “En esta zona andan cazadores buscando ciervos, carpinchos y a cualquier hora. Si andan de noche y querés sacarlos lo mismo te pegan un tiro a vos”, precisó.
Sobre la solución a la situación fue muy claro: “Vender las ovejas. Es un desastre, pero no hay otra cosa que se pueda hacer”. “Ahora tenemos 200 ovejas encarneradas y las tenemos que encerrar todas las noches para que no las maten los perros”, indicó. Comentó que en algún momento se pensó en tener más ovejas, “pero no se puede porque nos exterminan toda la majada”.
Aseguró que lo que se aprecia diariamente en la zona del Vertedero Municipal “es una vergüenza. Hay de 20 a 30 perros y que después salen a los campos de la vuelta –este problema no es solo mío, sino de todos los productores en la zona– y hacen un desastre”.