Opinion | 09 Ago La última encuesta sobre Lactancia, nutrición y anemia en la primera infancia realizada en el año 2011 señaló que la lactancia aumentó 65,2% con respecto al 2007, sin embargo precisó que el 22% de las madres que trabajan aceleran el destete. A pesar de un mejoramiento de los índices en los últimos años, la transformación de la visión de la lactancia como una acción reducida al ámbito natural del hogar, se desplaza y se extiende a un compromiso colectivo y social.
Durante la última semana de promoción de la lactancia materna, las autoridades sanitarias impulsaron la necesidad de continuar el proceso en los espacios laborales, al tiempo que el Parlamento estudia un proyecto de ley que establece la instalación de salas en “las instituciones del sector público y/o privado en las que trabajen 10 (diez) o más mujeres en edad fértil”. La iniciativa “entiende por Salas de Lactancia al área exclusiva y acondicionada destinada para que las mujeres en etapa de lactancia realicen la extracción, almacenamiento y/o amamantamiento”.
Estas salas “deben asegurar la privacidad, seguridad, higiene y comodidad de quienes las utilicen garantizando el adecuado amamantamiento, así como la extracción y conservación de la leche materna”, según el proyecto de ley.
La consigna este año es “Amamantar y trabajar: logremos que sea posible”, mientras que el Banco de Previsión Social otorga asesoramiento técnico para el acondicionamiento de las salas que requieren mínimas comodidades. Asimismo demuestra en sus estadísticas que los niños que reciben lactancia materna exclusiva tienen 14 veces más probabilidades de sobrevivir en los primeros seis meses de vida y reducen 50% la posibilidad de una muerte súbita.
La Ley 19.161 incorporó cambios en la vida laboral de hombres y mujeres, con el aumento de las semanas de licencia maternal y paternal e incorporó el medio horario hasta los 6 meses de vida del bebé para proteger la lactancia y el cuidado. De aprobarse el proyecto de ley, las entidades públicas y privadas dispondrán de un plazo no mayor a seis meses para instalar sus respectivas salas de lactancia y aquellas que entiendan que no las necesitan, deberán comunicarlo a una Comisión Asesora que resolverá al respecto.
La meta mundial es llegar a 70 lactantes de cada centenar y mientras las comunidades encauzan sus cambios culturales y laborales, se sustancian las propuestas legislativas que ayudan a ese proceso imprescindible. Es, también, una forma de compromiso con la vida.