OPINIÓN

Locales | 09 Ago PÉRDIDA POR MALA GESTIÓN DE INTENDENCIA FRENTEAMPLISTA
En los últimos días ha salido a luz un cuantioso juicio laboral perdido por la Intendencia Departamental de Paysandú por haberlo hecho suyo al pagarle tareas a empleados de una empresa tercerizada, durante la primera Intendencia frentista, luego de ser cesada la misma por reiterados incumplimientos que, sin lugar a dudas, la actual administración estaba en conocimiento por haber formado parte de la misma. Ahora resulta que para no cargar con la culpa, pretenden sacarse responsabilidad culpando al gobierno nacionalista que quedó en medio. Le pregunto, estimado lector: ¿el error del Partido Nacional no habrá sido confiar en un funcionario que no era de fiar, manteniéndolo en un sitio de relevancia cuando es y era de la oposición?
Le voy a pedir que razone conmigo: si fuera así como lo expresa el actual intendente con bombos y platillos en conferencia de prensa, que el juicio se perdió por no haber sido presentado en tiempo y forma por el departamento jurídico de la administración saliente, ¿no le parece extremadamente raro que puntualmente el funcionario que tuvo este olvido sea hoy funcionario de confianza de la administración en ejercicio? Algo huele mal en Dinamarca.
En oportunidad que el doctor Martín Etchebarne sale de licencia, quedando el departamento jurídico a cargo de personal que hoy es de confianza de la actual administración, todos en conocimiento de este juicio que ya se daba por perdido con toda justicia de acuerdo a la ley actual existente y con culpa absoluta del Frente Amplio, se le pasa el plazo de presentación ante la Suprema Corte de Justicia para su apelación –que lo único que lograba era estirar la agonía– en última instancia al empleado que quedó a cargo, y que al día de hoy se lo mantiene sin sumario de tipo alguno y mejorando su situación laboral en calidad de funcionario de confianza –casi que premiándolo–, cuando se ha trasladado a cientos de empleados por razones de servicio, tan solo por ser nacionalistas, a sitios de menor jerarquía.
Así accede la Intendencia actualmente electa a poder escaparse por la tangente ante la opinión pública, cargando las tintas sobre el gobierno saliente que le deja una economía saneada, cuando todo apuntaba de forma inexorable a que la administración frenteamplista era la única culpable por su pésima gestión si se perdía este juicio, y sabiendo que la suerte ya estaba echada sobre el veredicto judicial.
Se remata, como ya es de costumbre, utilizando la poderosa maquinaria de prensa televisiva nacional, puesta a su disposición por tener la presidencia de su mismo palo que contrata publicidad con jugosas recaudaciones para sus arcas. Acusando a la administración saliente de ser la culpable de tener que pagar el costo de un juicio que estaba perdido desde antes de comenzar, por la mala gestión de la primera administración del Frente Amplio, con lo que se redondearía una jugada magistral; en esto hay que sacarse el sombrero. Las piezas, al igual que en un tablero de ajedrez, se habrían movido de forma sincronizada para zafar de uno más de los tantos errores, o más bien horrores de la primera administración frenteamplista, teniendo al día de hoy que seguir pagando sus desinteligencias que dejaron una Intendencia quebrada, y que tanto costó sanear durante el gobierno nacionalista. Esperemos que al cabo de los próximos cinco años no tengamos que volver a empezar, pues los actores de esta película son más o menos los mismos de la primera parte.
Javier Pizzorno, edil del Partido Nacional