Paysandú, Domingo 23 de Agosto de 2015
Locales | 18 Ago La observación atenta sobre la forma en que se desenvuelve en general el tránsito vehicular en el país, desde hace muchos años, antes y después de sancionada la ley que el Poder Ejecutivo promulgó el 14 de noviembre de 2007 con Nº 18.191, sobre “Tránsito y Seguridad Vial en el Territorio Nacional”, complementada por la ley Nº 19.061, del 6 de enero de 2013, pone muy en claro que aún prevalece en la conducción vehicular de muchos un grado importante de desatención sobre el contenido y alcance de las normas fundamentales creadas para su adecuada y eficaz regulación. También algo ciertamente grave, que incide para tornar más sensibles las consecuencias de los principales factores negativos, es la falta de suficiente preocupación de muchos conductores por estar en las mejores condiciones para circular con eficacia, en función, precisamente, de las nuevas normas.
Por ello se ha considerado pertinente volver al análisis en esta columna de tan importante cuestión. Entre lo que se entiende conveniente señalar sobre el tema está reiterar un concepto que con anterioridad se ha empleado para explicar con claridad la severidad de lo que al respecto sucede, que no es ni más ni menos que lo siguiente: nuestro tránsito en realidad tiene todavía la apariencia de ser “un tránsito sin normas”. Es que los incumplimientos siguen siendo muchos, se advierten algunas maniobras inesperadas; pero si bien todavía alejadas de lo que emerge de las disposiciones, se observa que las nuevas normas han comenzado a incidir en el desenvolvimiento del tránsito, algo que si bien es favorable, todavía requiere cierto tiempo para que su eficacia sea importante.
Para explicar ciertas afirmaciones reiteramos algunos de los casos que con anterioridad se han indicado como ejemplo de maniobras no reglamentarias. Es poco explicable que no se respete en algunos casos la señal de “Pare”, que tiene igual significado que la “luz roja”; lo mismo sucede con las preferencias que corresponden a quienes circulan por una avenida que se va a cruzar o a la que se ingresará o la del que circula por la derecha en similares circunstancias; también el incumplimiento de las señales que impiden el adelantamiento, tanto en ciudad como en ruta. La ausencia precisa del concepto de senda, que pone en evidencia su cambio indebido, particularmente cuando se circula en curvas, es otro ejemplo.
La Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) ha hecho buenos esfuerzos para el mejoramiento del tránsito mediante las nuevas normas; ello no se pone en duda, sino todo lo contrario, pero la forma equivocada en que todavía muchos conductores circulan incide desfavorablemente para que el tránsito vehicular logre, finalmente, superar los inconvenientes que aún lo afectan, que hasta indujeron a afirmar que los problemas del tránsito son sustancialmente fallas en materia de educación.
Tales inconvenientes revelan que existen dificultades todavía para que las nuevas normas prevalezcan, pero con seguridad han de ser progresivamente superadas, a través del esfuerzo de todas las autoridades, para la aplicación del nuevo ordenamiento.
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