ADEMáS DE LOS OVINOS EN OTRAS ZONAS

Rurales | 21 Ago Impotencia, desazón y mucha preocupación son los términos más utilizados por los productores que ya no saben qué hacer ante la presencia de jaurías que, debido a la ausencia de ovinos en la zona, comenzaron a atacar a los vacunos, mordiendo a ejemplares adultos y matando terneros que están naciendo en estos días en la zona de Quebracho.
Duval Morales explicó a EL TELEGRAFO que la situación “es insostenible, pero nadie te brinda una solución para la problemática que estamos atravesando y en donde armarnos es lo último que se nos pasaría por la cabeza porque estamos muy cerca de un centro poblado”.
“Lo que estamos viviendo en la zona de Quebracho es desesperante y ya hace más de tres semanas; el detonante fue este jueves cuando se encontró muerta y comida en los cuartos una ternera de un año de edad, además de lastimar otras”, señaló el productor.
Manifestó que “a las vacas grandes no las matan, pero sí las lastiman, han roto alambrados ante la presión de los perros. Además el ganado está pariendo y tenemos que estar al lado del ternero cuando sale del vientre de la madre para que no lo coman los perros, es catastrófico”.
La ingeniera agrónoma Virginia Caravia precisó que “son perros chicos de tamaño, pero andan de a 10 y 12, tres o cuatro atacan de atrás y los otros por adelante, procurando morderles las orejas. El tema es que el animal que se engancha con algo y cae difícilmente se salva”. “Se nota que están con hambre porque a la ternera que mataron le faltaba bastante en la parte de atrás”, afirmó.
Recordó que hace un tiempo los problemas eran en la zona más cercana a Quebracho y ahí los perros que participaban del ataque al ganado “provenían del basurero de la zona”, pero sacamos el ganado de ahí y ahora es en otra zona del campo”.
“No sabemos qué hacer ni para dónde vamos a agarrar”, sostiene el productor sumamente preocupado por la situación que desde hace tiempo también afecta a la escuela Agraria de Guaviyú y a otros productores de la región. “La situación es muy complicada porque tenemos el ganado pariendo y otras cosas que hacer, pero tenemos que preocuparnos por esta situación porque nos pegan en un aspecto productivo que es esencial para mejorar la producción”, explicó.
Sobre la determinación que en otros puntos del departamento han tomado productores de armarse para combatir a los perros, Morales fue muy preciso: “en el campo cercano a Quebracho estamos rodeados de calles y con la ciudad a 500 metros, por lo que no podemos andar con armas porque puede desencadenarse en algo más grave”.

MUY CRÍTICO
José María Paggi, productor de la zona de Paso Gallardo en Paysandú, fue muy crítico el pasado viernes al realizarse en Paysandú la primera reunión de la nueva comisión de seguridad rural, al demostrar su molestia ante las autoridades presentes.
Allí explicó su situación y señaló tácitamente que nadie hace nada por los productores de ovinos. Dijo que “en Paysandú el Poder Judicial es vergonzoso porque ni siquiera saben el código rural”, acotando que “falta sentido común en la Justicia”.
Luego de la reunión, dijo estar “indignado con el Ministerio de Ganadería, con el Ministerio del Interior y con el Poder Judicial. Hemos agarrado a carneadores a tiros, han dejado los documentos, los cuchillos y mañados los borregos y la jueza no los procesa porque no se produce la carneada”.
Recordó que en la reunión “el fiscal nos pedía que le sacara fotos al perro y esa es la cosa más ridícula que sentí en mi vida, cuando veo un animal en el campo agarro la moto y el arma e intento que no me mate más ovejas”, al tiempo que señaló que “Tabaré Vázquez mandó una ley a diputados que en vez de defender a las ovejas defiende a los perros”.
Paggi dijo que “voy a tener que dejar de criar ovejas, ya que en este último tiempo hemos recibido reiterados ataques de jaurías”, contabilizando “75 ovinos muertos desde enero a la fecha”.
Indicó que junto a su familia hacían “guardia por las noches, en el medio del campo, para cuidar las ovejas”, pero no podían agarrar a los perros, “hoy matamos a uno que mató a tres ovejas que estaban con crías”.
“No se trata del daño de muertes, de corderos, sino del trabajo y el sacrificio que nos lleva. Los perros entran a una majada en una noche y te ponés de rodillas a llorar de impotencia y del desastre que ves en la majada”, expresó desconsolado.