Opinion | 23 Ago La adquisición de inmuebles cercanos al Palacio Municipal fue planteada en el seno de la Junta Departamental de Paysandú por el edil nacionalista Marcello Tortorella.
Según informáramos, “el edil nacionalista Marcelo Tortorella planteó que se adquieran inmuebles para ser sede de la Junta Departamental, y destacó la opción de comprar dos que poseen protección patrimonial grado 4 y se encuentran próximos al Palacio Municipal”.
En su moción recordó que “en diversas oportunidades ha sido inquietud de los ediles el escaso espacio físico con el que cuenta la corporación. Entendemos que este es el momento propicio para volver a generar una instancia política, pues el Ejecutivo y la Junta Departamental deben comenzar a generar sus respectivos presupuestos, siendo ésta la ocasión oportuna para proponer la ejecución de esta iniciativa. No escapa al conocimiento de los ediles, de los funcionarios y de la población que las condiciones locativas de funcionamiento de la Junta Departamental de Paysandú no son las adecuadas para su actividad. Además, al estar en la planta alta del Palacio Municipal, en materia de accesibilidad de sus instalaciones tampoco está en condiciones de cumplir con la normativa al respecto”.
Tortorella sostuvo que “para llevar adelante esta propuesta existen, a nuestro juicio, dos posibilidades: desarrollar la construcción de un nuevo edificio o adquirir algunos inmuebles, en especial aquellos de valor patrimonial próximos al Palacio Municipal para albergar allí la sede de la Junta. Consideramos que la solución más ventajosa y efectiva sería la adquisición de los padrones números 1.302 y 4.734 que forman parte de una misma unidad arquitectónica y además por su historia tienen nivel de protección ambiental grado 4 (en el Plan Urbanístico de Paysandú)”.
Añadió que “con igual propósito podría adquirirse otro de los inmuebles con protección patrimonial como es el ubicado en calle Sarandí (exlocal del Jockey Club) y el terreno baldío contiguo que actualmente está tapiado y corre riesgo de seguir deteriorándose. Descartamos que, de no alcanzarse una negociación con los propietarios de tales inmuebles, el gobierno departamental puede poner en funcionamiento los instrumentos que la Constitución y la ley le confieren para hacerse de estos bienes inmuebles por tratarse en primer lugar de bienes patrimoniales y por estar destinados --por razones de utilidad y necesidad pública-- a servir como nueva sede de la Junta Departamental”.
Como puede apreciarse, el planteamiento efectuado agrega nuevos argumentos a nuestra prédica en relación a la necesidad, a esta altura imperiosa, de solucionar las enormes carencias locativas que padece actualmente el Gobierno Departamental.
El planteo del edil Tortorella ofrece nuevas alternativas a una carencia que de una vez por todas debe ser considerada y resuelta. En términos relativos, esta situación de carencia de espacios puede compararse con el estado de la caminería urbana, suburbana y rural para cuya solución, muy acertadamente, el Intendente Guillermo Caraballo anunció el establecimiento de un voluminoso fideicomiso. En consecuencia, debería considerarse muy concretamente la contratación de otro empréstito para la construcción, refacción o adquisición de los edificios necesarios para que Paysandú solucione esta situación y a su vez muestre una imagen más actualizada en lo que a sede del Gobierno Departamental refiere. Afortunadamente, en este momento disponemos de tiempo como para tomar decisiones e incluir en el presupuesto departamental tal erogación en el lapso adecuado que seguramente será de dos o más períodos de gobierno departamental.
Por consiguiente urge, y esto no quiere decir hoy pero sí ahora, decidir, definir qué es lo que se debe hacer.
Las opciones son varias y las ventajas y dificultades también, por lo que es necesario realizar un estudio a conciencia y tomar una determinación que será crucial pero hay que hacerlo pues es imposible que se siga “remendando”, alquilando y dispersando las dependencias comunales, todo lo que agrega costos e ineficiencia que pagamos todos, tanto moneda como en tiempo y peregrinaje entre ventanillas municipales ante la necesidad de hacer cualquier trámite.
Es muy claro que podrían adquirirse los padrones a que alude el edil (ex Tienda Minerva, ex Casa Ghelfa y exresidencia Franco Collares, hoy hotel) lo que conformaría con el actual estacionamiento, la sede de la Biblioteca Municipal, el Restaurante Nº 51 y las dependencias municipales por Zorrilla de San Martín un enorme espacio donde podría construirse un --respetando la protección patrimonial-- un gran edificio para albergar la mayoría de las dependencias del actual Palacio Municipal dejando a éste sólo para actividades protocolares.
Otra posibilidad, como ya lo hemos planteado, sería utilizar los predios que la comuna sanducera dispone con frente a la Plaza Constitución y fondo a la calle Rincón donde sería factible levantar un gran edificio que podría ser emblemático para el Paysandú del futuro.
También existe otra alternativa que podríamos llamar “descentralizar el centro” y que sería levantar un complejo de oficinas fuera del estricto centro de la ciudad, más concretamente en el terreno que acaba de recibir la Intendencia Departamental por donación de la Embajada de Francia, sito en la esquina noreste de la intersección de las calles Uruguay y Vizconde de Mauá; o en cualquier otro punto, puesto que la Intendencia por sí misma es un polo de desarrollo urbano.
Opciones y posibilidades hay muchas en un tema que es muy serio pero que, pensando en el futuro debe resolverse ahora que es el momento.