Locales | 31 Ago El “shock vial” promovido por la Intendencia Departamental de Paysandú no tiene como objetivo recuperar total o parcialmente las aproximadamente 5.000 cuadras que tiene el tramado vial de la ciudad, sino que apunta a obras de gran calibre, que se basan en la red vial, pero que también tendrán impacto en la zona costera. “Queremos que Paysandú vuelva a estar de cara al río Uruguay”, se dijo en una reunión que mantuvo el intendente Guillermo Caraballo, el secretario general, Mario Díaz, y el equipo del departamento de Obras con algunos periodistas. Fue en el marco de una difusión preliminar del Plan Estratégico 2015-2020, que incluye el Plan General de Obras (PGO), parte del que podrá realizarse mediante un fideicomiso de 15 millones de dólares. También serán usados dineros del Fondo de Desarrollo del Interior (FDI) --estarán disponibles unos dos millones de dólares por año, diez en el quinquenio-- y los provenientes del Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional (PDGS), que se otorga a mediados del período y se estima en otros cinco millones de dólares.
En la reunión se subrayó que ello no implica “dejar de atender lo que hasta el momento se atiende, el bacheo y recuperación de calles, pero eso se hace y se continuará haciendo con los dineros comunes de la Intendencia; tenemos que pensar en obras que realmente transformen a la ciudad y que además se extiendan más allá del período de repago”, dijo el intendente Caraballo.
El encuentro, que se realizó sin grabadores, libretas ni cámaras de fotografía ni video, sirvió para que los periodistas invitados pudieran conocer el proyecto preliminar y formular las preguntas que entendieran apropiadas. Siguió a uno realizado con la Mesa Departamental del Frente Amplio y fue anterior a otros con el Pit-Cnt, Fucvam, los partidos políticos de la oposición y otros sectores de la sociedad, que se irán desarrollando en los próximos días.
A grandes rasgos, se establecerá un segundo anillo perimetral (el actual está formado por Salto, bulevar Artigas, Soriano y Entre Ríos) que se formará por la Park Way, el borde portuario, Batlle y Ordóñez, Antonio Estefanell y Enrique Chaplin y se deja establecido un tercer anillo extendido hacia el norte.
Asimismo, se establecerán calles conectoras de tránsito rápido y pavimento reforzado que unan el norte con el sur y el este con el oeste. Algunas calles serán de tránsito preferencial y señalizadas con “Pare” (indica en las intersecciones la obligación de detenerse antes de continuar la marcha, aunque habitualmente se aprecia que solamente se reduce la velocidad).
Los pavimentos a colocarse son básicamente tres: hormigón, carpeta asfáltica y adoquines. También se incorporarán ciclovías en calles o veredas. Una de ellas cruzará toda la ciudad, por calle Zorrilla de San Martín. En siete zonas de la ciudad se incorporará cordón cuneta. En la zona norte de la ciudad se diseñará y construirá una plaza con un área similar a una manzana.
Los accesos al puerto están contemplados con dos posibilidades, atento a que aún la Administración Nacional de Puertos (ANP) no ha definido el trazado definitivo. Los técnicos municipales plantean el ingreso por ruta 3 y acceso por Park Way o por José de San Martín.
Se buscará reducir el acceso de camiones de más de dos ejes al área urbana, estableciendo polos logísticos en la zona del arroyo Sacra, donde las empresas podrán descargar los productos en sus locales comerciales y posteriormente trasladarlos a los puntos de venta en vehículos de menor porte.
Por otra parte, se ampliará la Zona Azul hasta Sarandí y hasta Uruguay. Habrá diferentes tarifas y diferentes plazos máximos para estacionar. Esto implica, de hecho, una reforma sustancial en la zona donde se instrumentó el Proyecto de Tránsito, con un costo de 8.277.318 pesos en el marco del FDI y que estableció la eliminación de estacionamientos en calles transversales para motos, que pasaron a calle Florida, la que dentro del nuevo plan pasará a integrar la nueva Zona Azul.