Paysandú, Lunes 07 de Septiembre de 2015
Locales | 06 Sep Hay en Paysandú al menos seis casos de niños a los cuales se les encontró registros de plomo en los huesos, una enfermedad conocida como plombemia y que si es atendida a tiempo es curable, aunque hay casos donde el plomo ya está en el cuerpo en porcentajes demasiado altos, situación en la que los síntomas de la persona pueden llegar a situaciones graves, que incluyen desde problemas físicos hasta neurológicos.
“En abril se le hicieron análisis y tiene un 4% de plomo en los huesos; ya está afectado”, dijo a EL TELEGRAFO la mamá del niño, Adriana Cabrera. Los estudios técnicos se hicieron en Montevideo, ya que el hospital no tenía las condiciones necesarias para analizar la posible existencia de plombemia, y “le hice los análisis en el Pereira Rossell, y quedó allí como paciente de contaminación. Es atendido por la doctora Elena Queirolo”. Hechos los análisis de sangre y luego una radiografía, la doctora “vio que tenía el depósito de plomo en los huesos de la pierna, y en ese momento, con seis años de edad, hacía tres años que venía juntando el plomo. Ahora va a cumplir 8 el 5 de octubre”.
La presencia de plomo en esa cantidad, afectó de varias maneras a Cristian: “tiene problemas en la vista, también de sicomotricidad. Hizo primer año de escuela, hizo el esfuerzo de aprender pero ahora perdió todo, ya no puede leer ni escribir, conoce hasta el número 17 pero contando sucesivamente, si uno le muestra el número no lo reconoce”.
CUIDAR LOS HUESOS
Sobre qué dijeron los médicos, Adriana explicó que “él va a estar en tratamiento, y sobre todo hay que cuidarle los huesos, porque si se quiebra, la quebradura no sana, ya no tiene cura. Hasta los cinco años los niños tienen los huesos como cartílagos, pero como el caso de él fue tan tarde y ya venía con muchos síntomas de años atrás, lo agarraron tarde”. Las opciones ahora son “cuidarlo, mandarlo a un instituto donde lo atienda una sicomotricista, una sicopedagoga, una fonoaudióloga, porque tiene problemas y no habla claro. Y ahora empezó con los lentes y lo atiende una neuropediatra. Puede ser que algún día, con el cambio de edad, junte suficiente líquido en la médula ósea, que es otro de los riesgos que corremos”.
En cuanto a cómo pudo haberse enfermado, dijo que “la contaminación puede estar en el aire, o solo con poner una pila en la boca ya se contaminó, y se fue acumulando el plomo, me dijo Elena, la médica de Montevideo. Y puede haberlo aspirado, o puede ser que esté en el suelo de la casa, que uno no se da cuenta. Yo le decía a ella que cuando poceamos el terreno saqué cantidad de pilas y baterías de motos que se ve que hacía años que estaban en la tierra. Y sacamos lo que pudimos, pero lo otro fue de nuevo a la tierra”. Adriana recordó que “gente que vive acá desde hace 40 años dice que acá era un basural, después se hizo un relleno de tierra y se empezaron a levantar las casas y se empezó a poblar”.
Además, “tiene una toxocariasis canina en la sangre que se eleva por el mismo plomo, tiene anemia y desde hace más de 10 meses está medicado. Y ya dejó de jugar en la tierra, porque hay más perros que gente, y ni al parque lo puedo llevar. La vida de él se limita a la casa y sobre todo a su cuarto; él mismo se encerró y tiene su tablet, sus lápices y sus hojas para dibujar. Aunque a veces se irrita porque quiere saber qué escribió, y en realidad no escribió nada, pone letras pero sin significado”, explica la madre, afirmando que “por esta causa también tiene desnutrición, porque tiene 8 años y pesa veinte kilos; además tiene insomnio, problemas emocionales y depresivos”.
TAMBIÉN LA SOBRINA
El problema del plomo afectó también “a una sobrina de cuatro años que vive en la casa de enfrente. Se le hicieron estudios para ver si estaba contaminada y también está contaminada en los huesos, pero es muy poquito. Dicen que puede eliminarlo porque tiene cuatro años y son una líneas de plomo muy finitas que tiene en los huesos. La nena hace tres años que vive acá y el plomo lo tiene desde hace un año y medio, por lo que me hace pensar que el problema está acá”.
Habría otros casos, como una vecina cuyos tres hijos tenían plombemia y están viajando a Montevideo, y hay otro niño que viaja también aunque no vive en el barrio. Hay varios casos, y no sé si es porque no quieren decir y que la gente se entere. Porque allá hasta los médicos estaban sorprendidos cuando Cristian ingresó al hospital, y acá nadie lo dice, y podríamos hacer algún grupo como hay en Montevideo, donde se ayudan uno al otro”.
Los cinco medicamentos que tiene prescriptos se los brinda la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), y “cada tres meses lleno el formulario y el hospital se los compra”.
ESPERAN POR BPS Y DINAMA
Paralelamente, Adriana está gestionando “desde hace dos meses con todos los papeles de los médicos y las placas, para que le den una pensión y se pueda pagar el instituto, por lo menos para que él aprenda a leer, a conocer las letras de nuevo y ser tratado”. Consultada si ha tenido respuesta, dijo que “tenemos que esperar dos meses para ver si me dan el sí y que pueda entrar al instituto”.
Adriana también hizo gestiones para que la Dirección Nacional de Medio Ambiente analizara el suelo y el agua del barrio, que le aconsejó la doctora en Montevideo. “Hace más de un año fui a la Dirección Departamental de Salud y llevé todo, y me dijeron que iban a hablar con Dinama para ver si podían venir y hasta ahora estoy esperando. Me dijeron que la única respuesta que les dio Dinama es que si el niño no tenía un 10% de plomo en el cuerpo, ellos no iban a hacer nada. En la Intendencia me dijeron que si los estudios no eran para ellos, no iban a hacer nada tampoco”.
El problema es que “la doctora quiere saber si hay plomo en el suelo porque si es así el niño se sigue contaminando, y no podría seguir acá”.
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