Paysandú, Viernes 11 de Septiembre de 2015
Rurales | 07 Sep El doctor Roque Almeida señaló a EL TELEGRAFO que en Paysandú se aprecia una “involución” en materia de brucelosis, con un “gran retroceso” demostrado en los “37 focos que ya tiene el departamento”, al tiempo que subrayó que “el 1% de casos que maneja el MGAP es un error porque no sabemos en dónde está”.
Los departamentos que tenían esa cantidad de focos “eran los iniciales como Rocha, Cerro Largo y Treinta y Tres. De a poco comenzaron a aparecer focos acá y hoy suman 37, lo que es realmente preocupante”, dijo el profesional que representa a las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en la Comisión Nacional Honoraria de Sanidad Animal (Conahsa).
Explicó que de todas maneras la situación “siempre es la misma, tratándose de hacer los diagnósticos en tiempo y forma, eliminando los animales positivos como señala la ley sanitaria para evitar que sigan apareciendo contagios dentro del mismo predio, y también evitar los movimientos de ganado, sea sin guía, sin sangrado o lo que a veces hace la gente que no tiene comida y los mueve sin tener mucha idea, generando un riesgo y llevando a que la enfermedad se vaya difundiendo”.
Almeida recordó una reunión efectuada hace algunos años en Paysandú, en el marco de la Exposición de Reproductores local, de la que participaron “todas las gremiales que están en la Conahsa y las Codesas, y que sin excepción manifestaron que se debía vacunar”. “Nosotros allí en el encuentro y permanentemente, planteamos nuestro punto de vista, indicando que si bien es necesario, no es la única medida que funcione para el control de la brucelosis”, acotó.
Citó otras medidas como “adecuar el número de funcionarios a la campaña, laboratorios suficientes para hacer el diagnóstico, un control de veterinarios y laboratorios, tener recursos humanos y económicos para llevar adelante una campaña”.
Para Almeida, si se comienza a vacunar todas las terneras todos los años, “en cinco años tenemos un país con un buen estatus inmunitario como para evitar que se siga difundiendo la enfermedad, y ésta no encontrará espacios en donde instalarse, lo cual se logra con una buena inmunidad de base”.
Respecto a la posición del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), indicó que “si ellos dicen que la estadística que el ministerio maneja sostiene que es menos del 1% de la población lo que está afectado, al igual que los establecimientos, ¿por qué van a obligar a vacunar al resto que está bien?”. “Creo que es un error, porque ese menos del 1% no sabemos en dónde está. Si no sabemos en dónde está, cómo se mueve y por dónde anda, estamos todos expuestos, y la única forma de contener una difusión de la enfermedad es una buena inmunidad y campaña de prevención”, acotó.
Deben saber
Almedia explicó que los vecinos de donde surgen focos “están expuestos, además deben hacer los sangrados y las vacunaciones recién ahora con una ley que los ampara y va a resarcir los gastos económicos que ocasionaban los diagnósticos e inmunidad”.
Subrayó que los productores deben saber que de aquí en más “con la nueva ley de enfermedades prevalentes, hay un fondo que va a indemnizar en parte los gastos de los productores en sanidad, vacunación, honorarios profesionales y gastos de vacunas”. Exhortó a los productores “a ser ordenados, que junten todos los comprobantes y los certificados, que serán exigidos por el MGAP al momento de efectuar los pagos por la indemnización”.
GARRAPATA
Sobre la situación de los predios de la región en torno a la garrapata, el profesional expresó que “en Paysandú si bien no ha sido excesiva la cantidad de llamados y consultas, en las inspecciones que hacemos habitualmente por los movimientos de ganado, se ha empezado a ver algo de garrapata”.
Consideró que es “lo lógico dentro del ciclo que se inicie en esta época porque la primera generación de garrapatas ya se comenzó a mover y ahí es donde se tienen que comenzar a hacer los movimientos correspondientes para poder hacer el control efectivo”.
Entiende que se debe hacer “un tratamiento generacional sobre la garrapata. Está estudiado que en el país hay tres generaciones de garrapata, una que se inicia a fin de julio y comienzo de agosto y culmina en noviembre; la segunda empieza en diciembre extendiéndose hasta febrero y en marzo-abril es la tercera generación de garrapata”.
Puntualizó que lo ideal es “hacer tratamiento por generaciones con un específico.
A la primera generación durante los meses de agosto y hasta noviembre hay que tratarlo con un solo específico para que la próxima generación –las hijas– no conozcan el producto con el que tratamos a las madres. Y a partir de diciembre, cuando viene la segunda generación de garrapatas, dar otro específico veterinario y en la tercera generación otro diferente”.
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