Paysandú, Sábado 12 de Septiembre de 2015
Opinion | 09 Sep Siguiendo lo determinado por el Plenario Nacional del Frente Amplio, Uruguay discontinuará su participación en el Tratado Sobre Comercio de Servicios (TISA), según lo aceptado por el Consejo de Ministros en su sesión del pasado lunes.
La participación de Uruguay en el TISA ya había sido cuestionada en reiteradas oportunidades. La mayoría de los sindicatos y varios sectores del Frente Amplio se opusieron desde el comienzo de las negociaciones. No obstante, lo que acaba de ocurrir no es una decisión del gobierno uruguayo, sino del Poder Ejecutivo siguiendo fielmente lo dispuesto por un partido político en particular.
Cierto, es el partido que ganó las elecciones nacionales con toda legitimidad. Pero las autoridades representativas han sido electas y están en funciones. No son los partidos los que gobiernan, son representantes políticos asociados a colectividades políticas que una vez electos representan y velan por toda la nación.
Que el presidente Tabaré Vázquez haya aceptado lo dispuesto por el Frente Amplio, aun cuando es su partido político, pone en duda dónde reside la gobernabilidad del país. Es Vázquez el presidente; no ejercen la presidencia los integrantes del Plenario Nacional de ese partido.
Aunque los hechos parecen indicar que sí. Como hace pocos días ocurriera algo similar, que determinó que Vázquez decidiera derogar el decreto de esencialidad en la enseñanza.
La ministra de Turismo, Liliam Kechichian, dijo al salir del Consejo de Ministros, que el Presidente había tomado especialmente en cuenta lo determinado por “su fuerza política”. Un error concreto. Es el presidente de todos los uruguayos, no un representante de los delegados del Plenario Nacional del Frente Amplio.
Y si Uruguay debía bajarse del TISA debió ser una discusión del Parlamento, los sindicatos, los gremios empresariales y las organizaciones de ciudadanos. No una decisión tomada solo por quienes no son gobernantes.
Ni qué decir que las negociaciones entre más de cincuenta países continuarán sin temblor alguno, porque como dijo el expresidente Mujica “a Uruguay no lo consideran”. Precisamente por eso tal vez deberíamos aprovechar toda oportunidad que tenemos, porque cualquier mordisco a los grandes países nos dejará satisfechos.
Pero más allá de la conveniencia o inconveniencia de que Uruguay participe en el TISA, es una equivocación de importancia tomar decisión sobre el tema considerando a un organismo que no es gobierno. El Plenario Nacional del Frente Amplio es un organismo de elección interna y válida dentro de ese partido. No le compete actuar ni tomar decisiones en nombre del país. Para eso hay un Poder Ejecutivo y un Poder Legislativo legítimamente representativos. Que deben tomar como referencia al conjunto de los grupos de poder en el país. Al Plenario del FA también se lo puede escuchar, cierto es, pero éste no tiene potestades para tomar decisiones.
¿Qué puede traer el futuro?
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