Nacionales | 11 Sep La constante devaluación del real, frente al dólar, ha dado lugar a que sea cada vez más ventajoso tener un auto de matricula brasileña. A raíz de la crisis norteña, la brecha se agranda, y la diferencia de precio de un mismo modelo, puede llegar a ser del 50%, con el agravante de que la patente y el seguro son sensiblemente más baratos.
Miles de uruguayos que han tramitado en Brasil la cédula de ciudadano fronterizo y poseen además el CPF (Cadastro de Pessoas Físicas, un registro ante la Receita Federal), han vendido sus autos en nuestro país y compraron rodados con matrículas norteñas, aunque no están habilitados por ley. Tan es así, que el entonces juez Marcos Seijas procesó a varias personas por receptación, si el comprador había adquirido el auto en territorio uruguayo, o por contrabando, si lo había traído desde Brasil. En algunos casos, el procesamiento fue con prisión.
Los propietarios de las principales concesionarias de automotores de esta ciudad manifestaron a El País su inquietud por la notoria reducción en las ventas y una similar situación se vive en toda la frontera con Brasil.
“Debemos recordar, en una frontera seca y abierta como lo es la de Rivera-Livramento, la 'costumbre de frontera', que es muy peculiar y si bien no es fuente de derecho, para el caso de los vehículos brasileños en poder de riverenses, ha ocurrido históricamente hace ya muchos años y con normativa habilitante”, manifestó Mijail Rottas, exjuez letrado penal.