Opinion | 24 Sep Más de 1.000 niños de escuelas urbanas y rurales de Paysandú, Salto y Río Negro asistieron a la función de Giselle a cargo del Ballet Nacional Sodre en el marco de la tercera edición del programa “En primera fila, escuelas rurales al teatro”.
Se trata de una iniciativa conjunta entre el Ministerio de Educación y Cultura a través del Sodre --Ballet Nacional Sodre y Auditorio Nacional--, Dirección Nacional de Educación, Dirección de Cooperación Internacional y Proyectos, Fundación ProSodre y la Administración Nacional de Educación Pública - Consejo de Educación Inicial y Primaria. Además, cuenta con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura; la Comisión Nacional del Uruguay para la Unesco (Red de Escuelas Asociadas de Unesco); el Programa Integra de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de la Presidencia de la República; las intendencias departamentales de Florida, Maldonado, Paysandú y Salto.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Educación y Cultura, en 2015 la iniciativa redobló su apuesta al descentralizarse e incrementar sustantivamente el número de participantes. El programa se inició en 2013, en el marco de la Temporada de Ópera, donde los niños concurrieron al Auditorio del Sodre a presenciar la obra Hänsel y Gretel. La propuesta continuó en 2014 con una función de El Quijote del Ballet Nacional del Sodre.
Este año, entre agosto y setiembre, más de 4.000 niños de escuelas rurales de todo el país, sus referentes familiares y docentes asistieron a ver una función de El Corsario en el Auditorio Nacional del Sodre y Giselle en los teatros de Salto y Paysandú.
En Salto, más de 500 escolares de 36 escuelas rurales llegaron a la capital desde las localidades más alejadas para disfrutar de esta producción del Ballet Nacional del Sodre. A ellos se sumaron casi 700 escolares que participaron en la impactante presentación realizada en el Teatro Florencio Sánchez de Paysandú.
Esta propuesta, con total éxito, apunta a facilitar el acceso de niños y niñas de escuelas rurales a bienes y servicios artísticos y culturales nacionales de calidad. Se trata de una iniciativa destacable en la medida que quienes viven en el medio rural escasamente acceden a presentaciones artísticas de este tipo, que tradicionalmente se han realizado en Montevideo. Por otra parte, además de permitir una aproximación a una manifestación artística concreta, los niños tienen la oportunidad de conocer las infraestructuras culturales existentes en las ciudades de sus propios departamentos y éstas de agregar una función de excelencia y prestigio a su calendario de actividades. Por otra parte, ya era hora que espectáculos y elencos financiados con aportes de todos los uruguayos comiencen a descentralizarse y facilitar el acceso de quienes difícilmente puedan verlo en los escenarios de Montevideo.