SIN NOVEDAD SOBRE EL TECHO

Locales | 25 Sep La planta de Alcoholes del Uruguay S.A. (ALUR) retoma hoy la producción de bioetanol, tras 25 días de haber cesado su trabajo por no tener dónde depositar el etanol producido. Paralelamente, aún no se dirimió a quién corresponde la responsabilidad de la caída del sistema de transporte del alimento animal, que determinó la rotura del techo del galpón donde se deposita el subproducto.
Fuentes de la oficina de relaciones públicas de la empresa reconocieron a EL TELEGRAFO que “esta semana comienza nuevamente la producción de bioetanol”, aunque no se pudo confirmar si se llegó a un acuerdo con CABA S.A. (otra empresa propiedad de Ancap) para depositar en sus tanques la producción de la planta sanducera. Otra consulta efectuada fue sobre los trascendidos en cuanto a que una vez que culminara la zafra, los trabajadores pasarían al seguro de desempleo, pero la fuente negó que esa posibilidad se concretara y “se va a seguir trabajando normalmente”.

DEPOSITAN EN CABA
Otras fuentes --no oficiales-- detallaron que los trabajadores de la planta ubicada frente a Nuevo Paysandú comenzarán hoy a trabajar en la producción de bioetanol, y que desde el pasado lunes se volvió al sistema de los tres turnos, ya que el turno nocturno de 22 a 6 se había suspendido y los trabajadores de ese horario estuvieron cumpliendo tareas en alguno de los otros dos horarios, de 6 a 14 y de 14 a 22. Las tareas de producción seguirán hasta el fin de la zafra, probablemente el 20 de diciembre, luego comienzan las licencias anuales, ya que se hace el mantenimiento de fondo de la planta, que culmina en febrero. Sin embargo, se afirmó que ningún trabajador irá al seguro por desempleo. La solución fue --según esta fuente-- que se llegó a un acuerdo con CABA S.A. y se depositará el etanol producido en Paysandú en los tanques que esa otra subsidiaria de Ancap tiene en Montevideo.

MENOR CONSUMO
La razón --aparentemente-- por la que la producción de bioetanol tiene sobrantes es que habría bajado el consumo de naftas, las que se vienen mezclando con etanol en un 7% y se aspira llegar a un 10%, probablemente a fin de año. Según los técnicos, los motores nafteros pueden trabajar con hasta un 20% de mezcla (aunque hay países como Brasil que ya hablan del 25%). Según trascendió, Ancap no considera esta posibilidad de aumentar el porcentaje, ya que el litro de etanol que le compra a su propia empresa ALUR ahora, con la baja del petróleo crudo, le sale mucho más caro que producir nafta en la planta de La Teja. Al juntarse esas dos situaciones (menor consumo y diferencia de costo) no se piensa aumentar el porcentaje de la mezcla. De mantenerse menor la demanda de nafta, bajo el precio del barril de petróleo y alto el precio del etanol, podría haber problemas para el año que viene, aunque autoridades de ALUR dijeron que se iban a construir nuevos tanques, al menos dos más, con capacidad de 3.500 metros cúbicos cada uno, que se sumarían a los cuatro ya existentes en Ancap y ALUR Paysandú.

NADA SOBRE EL TECHO
El accidente ocurrido a fines de junio con la caída del sistema de transporte del alimento animal (el “tornillo”) desde los silos hasta el depósito, que determinara la rotura del techo, aún sigue sin resolverse.
Una empresa brasilera analiza las causas del accidente y quién es responsable, ya que las dos obras fueron hechas por dos empresas diferentes, y hasta ahora no hay certeza si la responsabilidad es de quien colocó el “tornillo” sobre el techo del galpón o de quien construyó el depósito.
De todas maneras, una vez confirmado el grado de responsabilidad de cada una, se determinará a cuál de ellas le corresponde arreglar el techo y el sistema de transporte, aunque se dijo que probablemente se analice otra forma de llevar el alimento animal hasta el galpón.