Paysandú, Viernes 02 de Octubre de 2015
Opinion | 28 Sep Esporádicamente, desde el Pit Cnt e integrantes del Directorio del Banco de Previsión Social resurgen serios cuestionamientos a la creación y funcionamiento de las Administradoras de Fondos de Ahorros Previsionales (AFAP), por considerar que se trata de una invención de neto cuño neoliberal, y sobre todo porque al vertirse a este fondo se retacean recursos en aportes al estatal Banco de Previsión Social (BPS).
También desde algunos sectores del Frente Amplio se aboga por derogar la norma que creó estas entidades y tratar de recuperar los fondos que han volcado los trabajadores para asegurarse una mejor pasividad a su retiro, por cuanto vuelcan su dinero a una cuenta personal que se procura hacer más rentable incluso por inversiones, con el cobro de una comisión establecida por ley.
La última de las campañas lanzadas por estos grupos procura advertir a personas comprendidas en determinada franja de edad, de que deberían desafiliarse por serles perjudicial permanecer en la AFAP al repercutir ello en una reducción en el monto de lo que pasarán a percibir, pero en los hechos promueven que estas entidades lisa y llanamente no existan, por motivaciones ideológicas.
En las últimas horas precisamente tuvo lugar en Montevideo el seminario internacional de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), en donde uno de los expositores fue el presidente del Banco Central del Uruguay, economista Mario Bergara, quien entre otros aspectos destacó que nuestro país tiene un régimen de seguridad social basado en dos pilares: el de reparto y el de capitalización personal.
Sobre el último indicó que “todavía no estamos en una etapa madura, porque lleva 19 años de actuación y recién se están empezando a jubilar a través de este mecanismo trabajadores que tienen pocos años de contribución a él y por lo tanto no puede visualizarse como una cuestión de largo plazo”.
Acotó el jerarca que “este proceso va a estar madurando en los próximos cinco o 10 años y ahí sí vamos a tener trabajadores que van a estar jubilándose por el pilar de capitalización individual, habiendo contribuido por períodos más razonables y ahí se verán los resultados”.
El presidente del BCU sostuvo que cree que “todo el sistema de seguridad social hoy en Uruguay es saludable --tanto el basado en el BPS como en las AFAP-- y por eso hay que seguir trabajando para consolidar el sistema que va a dar los resultados que todos deseamos”.
La postura del integrante del gobierno se alinea con la que ha llevado adelante la coalición de izquierdas desde que asumió el gobierno, por cuanto pese a los pronunciamientos y enunciados preelectorales, en ningún momento hubo un intento formal de desandar el camino de las AFAP y más aún, directa o indirectamente se las ha convalidado.
Y una muestra clara de estas dos posturas fue reafirmada en el foro de referencia, en el que el expresidente del BPS y actual ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, fue nuevamente crítico de las administradoras y de este ahorro previsional.
Murro en su presentación la emprendió contra las administradoras al decir que habían incumplido sus promesas: “es importante discutir la suficiencia de las prestaciones. No han cumplido con la propaganda que se hizo y se hace. El nivel de las prestaciones no ha alcanzado ni de cerca el nivel de la propaganda ni ha cumplido con las expectativas menores a la propaganda que tenía la gente”.
“Hoy en Uruguay, a casi 20 años de vigencia de las AFAP, hablamos de un promedio de prestaciones por ahorro individual del orden de los U$S 200 mensuales y en Chile es peor, más de la mitad de la población jubilada y pensionada con casi 35 años de sistema cobra menos que esos U$S 200 y esto es grave, un problema y hay que discutirlo”, afirmó el ministro en su disertación.
La presidenta de la Asociación Nacional de AFAP, María Dolores Benavente, explicó a su vez a El País que si bien es cierto que la prestación promedio ronda los U$S 200, sostuvo que eso se fundamenta en que “si uno no aporta, tanto la jubilación del BPS como la de AFAP va a ser baja y en Uruguay todavía tenemos pocos años de vigencia del sistema porque son 20 y la maduración generalmente se da a los 30 años o más”.
Es decir que se están comparando zapallos con tomates, porque como señalara Bergara, es todavía muy pronto para establecer montos de pasividad cuando todavía resta por lo menos diez años de aportes a los afiliados a las AFAP, y compararlo con el sistema del BPS, de “solidaridad intergeneracional”, no responde a parámetros compatibles. Pero además, mucho peor era el sistema “solidario” que estaba vigente antes de las AFAP, porque no solo la jubilación era tanto o más baja que la actual, sino que estuvo al borde de hacer colapsar la economía del país porque era totalmente deficitario e insostenible aún para las arcas del Estado.
Por lo demás, para un trabajador los ahorros previsionales significan poner dinero en un banco para contar con un fondo propio de retiro, más las utilidades correspondientes a las inversiones, que por ahora mayormente se concentran en bonos del Estado y están sujetos a regulación; pero no depender de la señalada solidaridad, que en períodos de bonanza permiten más o menos sustentar prestaciones de determinado nivel, pero en los ciclos de meseta o caída se debe apelar a fondos de otras procedencias dentro del Estado para sostener un sistema desfasado en recursos.
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