Opinion | 06 Oct Uruguay y Argentina llevan la delantera en Latinoamérica en la instrumentación de un plan regional para homogeneizar las reglamentaciones en materia de seguridad vial.
La iniciativa es conducida por el Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (Oisevi) y apunta a trabajar en base a las reglamentaciones de seguridad de autos y motos de veinte países. Oisevi brinda el marco de colaboración necesario para avanzar en este acuerdo con el respaldo de sus recursos técnicos y, a su vez, se cuenta con el apoyo del Banco Mundial.
El trabajo está orientado a nivelar los requisitos de seguridad automotriz activa y pasiva, incluyendo además los mecanismos de homologación de los elementos de seguridad, como el casco y el sistema de retención infantil (SRI).
Con el objetivo de nivelar los estándares regionales de seguridad automotriz con los de los países más avanzados en esta materia, el proyecto encuentra sus antecedentes en la participación de Argentina, Brasil y Uruguay como bloque regional iberoamericano en las últimas sesiones del Foro Mundial de las Naciones Unidas WP 29 para la armonización de reglamentaciones vehiculares.
De acuerdo con lo informado por la propia Oisevi, los primeros resultados se encuentran materializados en significativos avances que ya se están implementando en Argentina y Uruguay, países que formalizaron progresos fundamentales vinculados a ABS, airbag, SRI – Isofix, ensayo lateral y frontal, apoya cabezas y encendido automático de automóviles y de los denominados motovehículos.
Uruguay, que en 2014 recibió una distinción de Oisevi en reconocimiento a su activa y fructífera gestión en materia de seguridad vial, ha venido desarrollando como una política de Estado la mejora de la seguridad vial con el objetivo de reducción de la siniestralidad y sus consecuencias.
Se espera que esta labor desarrollada en el marco de su participación en el referido plan regional, de lugar a la posibilidad de alcanzar acuerdos y convenios regionales relacionados a la seguridad de autos y motos con los países vecinos.
Es una tarea que tiene un alto grado de complejidad en la medida que requiere de una activa cooperación de cada uno de los países participantes y otros sectores involucrados, tales como los gobiernos, la industria y la sociedad civil.
Por esto mismo, el buen augurio de los logros iniciales, así como el hecho de la necesidad de avanzar en este tema habida cuenta de la elevada circulación de vehículos desde y hacia uno y otro país. En el caso de Uruguay y Argentina, y especialmente en el litoral, el tránsito fronterizo es intenso durante todo el año, por lo que dotar a la circulación vial de similares exigencias de vuelve una necesidad en materia de seguridad.