Paysandú, Sábado 10 de Octubre de 2015
Opinion | 08 Oct Desde hace meses siguen cayendo los precios internacionales del petróleo, en cascada, y prácticamente no hay país en el que esta rebaja no se haya trasladado ya al consumidor, ya sea productor, naturalmente, como importador del combustible, porque se trata de un commodity que como tal responde a las cotizaciones del mercado internacional.
En nuestro país, precisamente, importador del cien por ciento del petróleo que consume, estamos ante una actividad monopólica del ente Ancap, que importa el crudo y lo refina, y a la vez monopoliza la comercialización de los refinados, lo que indica que maneja toda la cadena y tiene a todos los usuarios uruguayos en calidad de cautivos.
Ello no evita, peor aún, lo posibilita, que nuestro país siga teniendo los combustibles más caros de la región, y que ello afecte directamente nuestra competitividad ante los vecinos y el mundo, cuando por ejemplo resultaría mucho más barato importar los combustibles refinados y no estar condicionados a que del refinado salga más nafta que la que se consume, que debamos exportarla a precios irrisorios y a la vez importar gasoil.
Pero por lo menos en las últimas horas ha surgido que desde Ancap se sostiene que sería viable una rebaja en el precio del combustible, y es así que esta semana se desarrollará una reunión con autoridades del Ministerio de Industria y de Economía para evaluarla. La última rebaja se concretó en enero de este año, y en aquel momento, el barril costaba U$S 47 dólares y el dólar estaba a $24,5. “Ahora estamos en una situación donde tenemos un barril a U$S 47 o 48, pero un dólar a $29,11, es decir $5 más de lo que teníamos en enero”, dijo el director de Ancap, Juan Gómez.
“Existe alguna manera de hacer una rebaja en los combustibles, pero no tenemos la cifra todavía, lo estamos analizando”, dijo y agregó: “probablemente mañana tengamos una idea más aproximada de lo que Ancap puede proponer y después es el Poder Ejecutivo el que dispone el momento y si corresponde o no realizar el ajuste”, añadió.
Es decir que todo indica que en el mejor de los casos vamos a tener una rebaja “simbólica” para los altos valores que estamos pagando y que condicionan la actividad de nuestro país, cuando una rebaja sustancial permitiría dinamizar una economía que está en franco enlentecimiento y necesita una inyección de vitalidad.
Pero con los costos de funcionamiento de Ancap, que paga los mejores salarios de la administración pública su ineficiencia, sus malos negocios, su transferencia de subsidios a satélites como ALUR, nos están condicionando, unido a su gran déficit, lo que indica que una vez más seguiremos en las verdes y nunca en las maduras, pero eso sí, preguntándonos una y otra vez de que nos sirve tener a Ancap como si fuera una vaca sagrada.
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