Opinion | 16 Oct Entrevistada en la víspera en el programa “Tiempo Presente” de Radio Rural, conducido por Jorge Traverso, la senadora Lucía Topolansky habló de los 5.000 dólares destinados por Ancap a la radio comunitaria de Quebracho “La Propia” varios meses antes que estuviera al aire. No queda claro aún, aunque han pasado unas cuantas horas, si la esposa de José Mujica quiso defender a Ancap, apoyar al Frente Amplio o demostrando ser una buena seguidora de “Los Shakers”, romper todo. Quizás esto último; quizás, quizás, quizás.
Es que, textualmente dijo sobre el asunto que “apareció solo una irregularidad por una donación”. Pero hasta ahora se sabía que se trataba de un contrato de publicidad administrado por la agencia publicitaria de Ancap, “La 10”. Los correos electrónicos modificando la pauta y textos son pruebas que tiene la Comisión Investigadora. Pero la senadora Topolansky revela que se trató de una donación. O sea, ¿otra mentira de Ancap?
Y “donaciones hubo en todos los gobiernos”, agregó la senadora; esto es, no se trata de hacer las cosas mejor, de proponer un gobierno más justo y equitativo, sino que todo pasa por contentarse con que, después de todo, solamente se siguen cometiendo las mismas irregularidades que los anteriores gobiernos perpetraron. Pero además, a diferencia de lo que “se hacía antes”, esta “donación” se quiso hacer pasar por publicidad, por lo que más que una irregularidad sería un delito con todas las letras.
Por si hiciera falta, remató diciendo que “entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera”.
La ciudadanía no se contenta con que todo siga igual, porque lo que se busca es que aquello que se hacía mal, las actuales autoridades las hagan bien. Escudarse en el “no innovar” no es nada bueno y querer ocultar la verdad de una contratación publicitaria a un medio de prensa inexistente calificándolo como “donación” no le hace bien ni a Ancap, ni a Topolanski ni al gobierno.
En tiempos en que la senadora integraba la oposición hechos como estos merecían ser denunciados y severamente criticados, y los tildaban de corrupción y, a los jerarcas que entraban en estas prácticas, de corruptos. Ahora que es oficialista ese criterio no puede ser cambiado. La mala praxis gubernamental debe ser denunciada y severamente criticada. Como antes, como mañana, como siempre.
Y claramente, a Ancap cada vez hay menos cosas con que defenderla. Porque siguen saliendo a la luz actos incorrectos de administración. No es para menos, con 2.100 millones de dólares de deuda, algo tiene necesariamente que haber salido mal.
La senadora Topolansky ha dado un mal paso y el tiro le salió como si de un boomerang se tratara. Justo en la nuca, porque decir que los 5.000 dólares fueron donados, abre toda una serie de preguntas que seguramente no se podrán contestar. Mientras, se le podría pasar a Ancap la lista de la gran cantidad de entidades de servicio y bien público que buen uso harían de sus donaciones.