AGUIRREGARAY INDICÓ QUE TODOS LOS PARTICIPANTES SON MAYORES DE EDAD

Policiales | 17 Oct De acuerdo al relato de Álvaro Aguirregaray, padre de uno de los involucrados, el episodio que involucra a dos funcionarios del municipio de Guichón tiene dos momentos: el primero de ellos es el intercambio que llevó a la filmación y la grabación de un acto con apariencia de soborno. El otro episodio ocurre varios días después e involucra a los mismos y a otros funcionarios y desemboca a partir de un procedimiento de tránsito con una denuncia contra un grupo de jóvenes y a raíz de esto una “contra-denuncia” con la aparición del video y el audio obtenidos en la primera instancia.
Con respecto a la primera parte, ocurrida hace alrededor de 20 días, Aguirregaray relató que “los gurises estaban en una casa que está al lado del centro con la moto estacionada arriba de la vereda; los inspectores pasaron, (observaron) que la moto estaba mal estacionada, no se qué, y los gurises les dijeron qué precisaban, que no se llevaran la moto”.
Según Aguirregaray “los inspectores dijeron que querían un cordero. Todavía fue mi hijo al otro día, a la casa de la inspectora y planeó para cuándo lo quería”. Una vez pactada la fecha de entrega fue Aguirregaray padre quien sugirió realizar la grabación. “Vamos a grabarlo y a filmarlo porque esto no puede ser, porque además ya había otras cosas por atrás (sic). Fueron, llevaron el cordero, lo filmaron, todo, bárbaro, salió la filmación esa, el audio, lo tiene hasta el Intendente de Paysandú, anda en todos los whatsapp, todo el mundo lo tiene”, dijo el hombre, que incluso ofreció “pasar” este material a EL TELEGRAFO.
La segunda parte, la que concluye con la aparición de ese video ocurrió varios días más tarde. “Vino el fin de semana, estaban los gurises parados en la casa que alquilan unos amigos, viene la inspectora con el inspector, los cuatro inspectores de Guichón, cargan una moto que está parada encima de la vereda, la cargan no más porque dicen que estaba mal parada. Vienen y se ponen a insultar a otro muchacho que estaba en su casa. Se la llevan a esa moto y ahí quedó. El lunes todos los gurises tienen una citación a la comisaría, menos mi hijo”, señaló Aguirregaray. Siempre de acuerdo a su relato “a las 9 de la mañana los gurises van a la comisaría y a las ocho y media de la noche todavía siguen en la comisaría”, a raíz de la denuncia efectuada por una funcionaria “porque dice que los gurises la agredieron, que la agredió uno verbalmente, pero denunció como a seis gurises”.
Aguirregaray sostiene que la trabajadora “no tiene pruebas de que la agredieron, si no la agredieron, no la insultaron ni nada”.
El hombre explicó que la decisión de pasarle el video a uno de los muchachos que se encontraba en la comisaria la tomó él, ante lo extenso que se estaba haciendo la estadía en la dependencia policial.
“Eran las nueve de la noche y los gurises seguían en la comisaría. Digo, no, no puede ser, que los iban a poner a hacer trabajo comunitario y no sé que más, y digo no, vamos a tomar medidas, le dije a mi hijo que les pasara la grabación, les pasó la grabación, le pasó el audio primero a uno de los muchachos que estaba en la comisaría. Ahí la propia inspectora les dice que contra ella no tenían prueba ninguna, que era todo mentira, y los tropeó --como quien dice -- para adentro de la comisaría y los gurises medio asustados le mostraron el audio a la Policía y le hicieron la contra denuncia. Porque los gurises no los denunciaron a los inspectores, los inspectores denunciaron a los gurises y los gurises le hicieron una contra denuncia, eso tiene que quedar bien claro, los gurises no los denunciaron”, explicó.
Aguirregaray aclaró que ninguno de los jóvenes intervinientes es menor de edad. “Tienen todos entre 20, 21 y 22 años. También tuvo que declarar mi otro hijo que fue el que ayudó en la filmación, que tiene 24 años”. El hombre enfatizó en que “esta grabación fue hecha mucho antes, 15, 20 días antes, nosotros la filmamos por tener algo, nada más, no la íbamos a mostrar a nadie, ni nada; nadie sabía de esto. Nosotros lo teníamos como prueba para nosotros. Nada más. Yo no denuncié a nadie, no tengo nada que ver, mi nombre no existe en el pleito, si mis hijos son mayores”.