HOY RESUELVE LA ASAMBLEA Y COMENZARÍAN A DISTRIBUIR

Locales | 23 Oct Con la mediación del Ministerio de Trabajo y la participación activa del presidente de Ancap, José Coya, y el director Juan Gómez, anoche se alcanzó un preacuerdo por el cual los dos trabajadores despedidos por Ducsa comenzarán a trabajar en otra empresa del sector, manteniendo su categoría y salario, según se indicó. De acuerdo a esto, los trabajadores realizarán hoy una asamblea que puede determinar que tal vez hoy o el sábado podría comenzar a distribuirse garrafas, aunque a Paysandú llegarían probablemente el martes.
Mientras tanto las cuatro distribuidoras de supergas de Paysandú ya no tienen garrafas de 13 kilos, y apenas queda gas a granel para la carga de garrafas de tres kilos; paralelamente, al menos 11 trabajadores de las empresas locales pasaron al seguro por desempleo ya que desde el martes no había garrafas.
El relevamiento hecho por EL TELEGRAFO con los principales de las distribuidoras de Acodike, Ducsa, Megal y Riogas da cuenta que tres de ellas están sin supergas desde el martes, mientras que Ducsa no tiene garrafas de 13 kilos desde el viernes pasado.

DEMOSTRACIÓN DE FUERZA
El distribuidor de Acodike, Walter Rama, participó en la reunión realizada ayer en Montevideo por la Asociación de Distribuidores de Supergas (Adisup), donde se analizó la situación y se definió que quienes no tienen gas desde principios de la semana pasarán sus trabajadores al seguro por desempleo, y “en mi caso desde el martes no tengo garrafas, y siete funcionarios ya pasaron al seguro por desempleo, queda uno solo para la recarga de tres kilos mientras haya”.
Consultado en la tarde y previo al acuerdo sobre el problema de fondo y qué se analizó en Montevideo, dijo que “el tema lo está tratando Ducsa con el Ministerio de Trabajo, pero no está dando el brazo a torcer porque el tema de los despidos no se transa. Nosotros como asociación apoyamos la medida de Ducsa de que no los reintegre porque es una demostración de fuerza la que están haciendo, y si aguantamos seis días aguantaremos más. Porque es muy seguido, hace dos meses fue con Riogas, ahora con Ducsa”, dijo a EL TELEGRAFO en la tarde ayer.
Por otra parte, aseguró que “se está estudiando la posibilidad de un decreto de esencialidad, porque está complicado incluso el supergas a granel, ya que están todas las entregas trancadas. Y viene complicada porque recién tendrán una reunión el lunes”.
Según Rama, la información que se manejó sobre los hechos es que “ellos estaban en las plantas de envasado, uno en Acodike y otro en Riogas. Pero la empresa se dio cuenta que esa tarea de fiscales (que controlaban la carga) era inútil porque había otras formas de hacerlo. Y el Ministerio les pidió que los pasaran a otro lugar pero dentro del rubro del supergas, porque el cargo de fiscal no existe. Ducsa les dio el 20% de aumento para no seguir discutiendo, pero redistribuyéndolos en otras tareas. Pero no se presentaron a trabajar y Ducsa los despidió, aunque el sindicato quiere que los vuelvan al mismo puesto”.

MÁS DE 20 AL SEGURO
Mientras tanto, desde la distribuidora de Ducsa en Paysandú, Virginia Francolino dijo que por los problemas que tiene la empresa paraestatal “en setiembre tuvimos supergas solo durante una semana, y lo mismo pasó ahora en octubre”, por lo cual la distribuidora no tuvo rentabilidad ya que igual pagó su salario a los cinco trabajadores que tiene. Sin embargo, dijo que analizará la situación de acuerdo a las negociaciones que se cumplen en Montevideo, esperando que se resuelva pronto para evitar enviar los trabajadores al seguro.
En Megal, José Silvestre dijo que “estamos como los demás, cerrados”, y que “desde el martes no tengo garrafas de 13 kilos. Hoy abrí un rato para entregar unos tubos de gas a granel, pero los cuatro trabajadores fueron al seguro hasta que se solucione”.
Por su parte desde Riogas, Natalia Echecopar dijo que hasta ahora mantiene a los trabajadores en la distribuidora pese a no tener garrafas de 13 kilos, pero que si se demora la reposición deberá hacerlo para minimizar las pérdidas por la falta de trabajo.