Paysandú, Sábado 24 de Octubre de 2015
Rurales | 18 Oct En una actividad que contó con gran asistencia de técnicos y productores de diversas zonas de Paysandú y departamentos vecinos, se desarrolló en las instalaciones del Golf Club Paysandú una charla brindada por técnicos sanduceros encarada al análisis de qué hacer en el próximo verano, donde fueron presentadas alternativas agrícolas ganaderas.
Formaron parte profesionales de las empresas Agro Hedge, Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), Instituto Plan Agropecuario (IPA) y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Desde la cooperativa agrícola, el ingeniero agrónomo Carlos Bonino se refirió a la inserción de los cultivos en el sistema. “Venimos de un ciclo en donde la agricultura continua tenía un lugar y los números daban. Ahora lo que está pasando es que en algunas chacras se llegó al límite de la agricultura continua y hay que empezar a encarar otro tipo de actividades”, dijo en diálogo con EL TELEGRAFO.
Sostiene que la agricultura de largo plazo en Uruguay tradicionalmente se ha sustentado sobre la base de rotaciones. “Esto ha permitido que en períodos cortos de 6, 7 y 8 años, en los que las circunstancias agrícolas lo han ameritado, se ha utilizado esa alcancía de campos en buen estado para usarlos intensivamente durante varios años, sacando una buena renta agrícola --que fue lo que pasó durante estos últimos 10 años--, y nosotros pensamos que llegó la hora nuevamente de llenar la alcancía”.
Para Bonino, la agricultura “tiene un lugar importante en los sistemas productivos, pero, sobre todo, en el norte es muy importante tener en cuenta que hay otras alternativas que hacen estable al sistema y básicamente son rotaciones forrajeras”.
“Después, lo que se ponga arriba del forraje es una pata importante del negocio”, enfatiza, agregando como opciones cordero pesado, engorde, recría y tambo. “Pero básicamente el enfoque que el departamento técnico de Copagran ya viene dando desde el año pasado es este”, dijo.
“La agricultura continúa teniendo lugar”, explica, “lo que tal vez no tiene lugar es una agricultura continua de 8 a 10 años en la misma chacra. Con una agricultura bien inserta en un sistema, aún con estos precios que parecen deprimidos, es posible obtener una buena rentabilidad”.
Explicó que se debe tener en cuenta la señal que están dando los suelos. “Los cultivos son cada vez más caros, porque el suelo está pidiendo cada vez más fertilizante, piden más herbicidas y las estructuras de los suelos se han deteriorado y hay que saber leer esas señales y actuar en consecuencia”.
En su exposición indicó que “hay que usar bien la información y el conocimiento tecnológico, tratando de que cada chacra lleve el manejo que necesita para que sea sustentable en el largo plazo y económicamente”.
Acotó que la agricultura tiene mucho que ganar en la inserción con la ganadería. “Un cultivo después de una rotación agrícola es mucho menos riesgoso porque hay menos fluctuaciones; es más barato porque lleva menos nitrógeno”.
Además, la ganadería gana en estabilidad, en tener un kilo de materia seca de forraje más barato; “la fase agrícola permite limpiar mejor los campos. No es lo mismo tener una pastura y una pradera toda enmalezada en la que hay muy pocas alternativas para limpiarla. En cambio si uno hace una fase agrícola bien hecha, entra a una fase forrajera con campos limpios y alto nivel de fósforo, de potasio y de azufre”.
GANADERÍA
Por su parte, el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, técnico del Plan Agropecuario en Paysandú, sugirió que a partir de una nueva realidad que se está viviendo en el litoral, pero también que se extiende a otras zonas del país, “en donde hay algunas chacras que tienen un pasado reciente agrícola, en esta última zafra de invierno y tal vez en el verano no se realicen cultivos; la consigna es ver qué opciones productivas tienen”.
“Para la ganadería de carne existen algunas opciones que son interesantes y tienen un margen de inseguridad, producto de las producciones de cielo abierto, pero es importante que los productores las conozcan”, explicó.
Aquellas tierras --de rastrojos-- que no vayan a ser utilizadas por la agricultura y de puente verde en el mejor de los casos, la opción que presentamos parte de la instalación de un verdeo de verano --sorgo o sudangras--, las clásicas que se manejan en el norte, para hacer un proceso de recría intensiva de animales jóvenes. Básicamente estamos apuntando a que hay una ventana de mercado bien interesante que tiene que ver con la posibilidad de preparar animales que entren en el circuito de la Cuota 481”.
“Transitamos una etapa en donde la carne en Uruguay no ha sentido los efectos de la crisis que se vive en otros mercados y es la excepción de los commodities a la baja generalizada que se ha dado”, manifestó el técnico.
ENGORDE DE CORDEROS
El engorde de corderos sobre cultivos de verano es la “alternativa más clara”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola, técnico del SUL, refiriéndose a la utilización de sorgo de las variedades “BMR y también a la soja”. En general, “el sorgo puede ir asociado con harina de soja como suplementación también”, acotó.
En general, Grattarola entiende que “se terminan los corderos precoces y pesados entre 32 y 36 kilos”, para eso es importante analizar si esas alternativas son rentables y qué margen dejan por cordero y por hectárea”.
Precisó que “la rentabilidad es interesante en el retorno por capital invertido y que por hectárea se ubica entre 300 dólares para sorgo solo, 450 dólares para sorgo más harina de soja y pisando los 600 dólares para pastoreo en soja exclusivamente”.
Indicó que “si uno los compara con rendimientos físicos e ingresos de cultivo, pensamos que la competitividad es muy buena y algunos productores están demandando esta tecnología que está relativamente probada a nivel nacional”.
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