OPINIÓN

Locales | 25 Oct FIESTA DE LA CAZA DEL JABALÍ
Lamentablemente vemos como toma fuerza una fiesta anual sobre armas, muerte y maltrato animal, con el apoyo municipal, diferentes auspiciantes y la iglesia.
Esta fiesta tiene un trasfondo de violencia y no es por una plaga, hay otras formas de tratar a una plaga y no organizar con tan poca seriedad una fiesta; se pueden cercar áreas con colocación de alambrado eléctrico, etcétera.
A quienes van a esta fiesta no les importa el problema de esta “plaga”, es más, quieren perpetuarla para su deleite. Este problema pasa a un tercer plano y obviamente no se busca resolverlo, se olvida y pierde seriedad, lo de la “plaga” es solo una excusa.
Podemos razonar: si hay una plaga en una comunidad, ¿es motivo de festejo?; es un tema para tratar y no hacer de esto una situación oportuna para la venta de armas.
Nos dicen constantemente que estamos en el Uruguay Natural, ¿pero qué le queda de natural a este sitio, donde otrora existían gramíneas de más de un metro y medio de alto?
Los jabalíes cuidan los espacios silvestres antes de que el hombre haga de estos, plantaciones de eucaliptos o campos envenenados de soja u otros. ¿Quién es la plaga?
Se considera perjudicial a animales introducidos por los humanos, sin haber tenido en cuenta lo que podría generar en tiempos posteriores.
La idea camuflada es fomentar el uso de las armas, donde cualquiera toma un arma con los consiguientes peligros que acarrea, por ejemplo accidentes de personas que terminan baleadas, como ha ocurrido y puede volver a ocurrir.
Hoy las usan contra los jabalíes, ¿y mañana? Esta inversión de comprar un arma no creemos que quede en el armario en espera de la próxima fiesta, éstas pueden utilizarse también para tiro al blanco o para cometer delitos como el abigeato o la caza de animales protegidos.
Luego tendrán que reprimir su uso, o sea que las autoridades del orden tendrán que reprimir lo que las autoridades municipales fomentan. Preguntamos a los organizadores y patrocinadores: ¿llevarían a sus hijos a esta fiesta?
Las fiestas de sangre y muerte, donde son usados otros animales como son los perros, que pueden terminar gravemente heridos o mutilados (¿no eran amigos?), nos recuerdan a las fiestas romanas del pasado, que nada tiene que ver con el mundo que queremos construir en el presente.
El único animal que mata por placer y disfruta con el sufrimiento sabiendo que es sufrimiento, es el hombre.
¿Hasta cuándo autoridades municipales y nacionales seguirán inventando eventos culturales basados en estos principios retrógrados y crueles? Como también el reciente declarado deporte nacional de los “jinetes del dolor ajeno”.
Nadie puede discutir que querer salvar la vida de un ser es más noble que arrebatársela, el camino de la paz es la paz y quien busque la paz, nunca usará armas. Como defensores de la vida, decimos que la cacería no es arte ni cultura. La tradición de la muerte es una maldición.
El fuego de un arma hace más ruido que el fuego de la vela de un meditador, pero aunque no parezca, hay cada vez más gente con luz en su conciencia. Tú también puedes decidir.
Fernando Martínez
Movimiento de Liberación Animal de Paysandú