Paysandú, Sábado 31 de Octubre de 2015
Rurales | 31 Oct Los resultados del monitoreo de las “carpetas verdes” del Instituto Plan Agropecuario (IPA) correspondientes al ejercicio pasado, que fueron presentados por el ingeniero agrónomo Carlos Molina, establecieron que la sequía registrada en el ejercicio ganadero 2014/15 afectó los resultados económicos de las empresas del este, noreste y centro del país, pero las ubicadas en el norte y litoral no sintieron el impacto.
Los predios de ciclo completo del norte y litoral norte no sufrieron el evento adverso, que no se afectó la productividad, por lo que el descenso del resultado --cuando se verificó-- se debió a una caída en los precios de venta de las haciendas vacunas, a pesar de la reducción de costos.
Mientras que los predios criadores del Este y sur del país sufrieron una reducción en su productividad vacuna del orden del 1,5% y total del 3%. Los predios ciclo completo del norte y litoral norte no vieron reducciones en el ingreso de capital logrado.
Por su parte, los predios del Este-noreste y centro sufrieron reducciones mayores en la productividad, debido al efecto de la sequía. También tuvieron disminuciones en los precios de los vacunos y además mermaron en menor magnitud los costos de producción, lo que explica la mayor caída en el resultado final logrado.
Es de destacar que luego de varios años de crecimiento en la productividad, en este ejercicio ésta se mantuvo sin cambios o incluso se redujo. El comportamiento de la dotación fue similar al verificado por la productividad, pues luego de cinco años de crecimiento, ésta se redujo entre 1,5 y 4%. En tanto los costos de producción, luego de 13 ejercicios con crecimiento sostenido, no solo se detuvo, sino que se redujo entre 2% y 8% respecto al ejercicio pasado.
LITORAL Y NORTE
En el caso de esta región del país –norte y litoral–, “para tener una aproximación al tamaño de las empresas, la superficie promedio de éstas es de 1.763 hectáreas, con un Índice Coneat promedio de 78. La estabilidad en los últimos años en la superficie explotada y en el Índice Coneat es una característica en estos predios monitoreados”, precisó Molina.
El área con mejoramientos forrajeros en este ejercicio nuevamente se mantuvo sin cambios respecto al ejercicio pasado. El área ocupada por mejoramientos forrajeros es del orden del 6% de la superficie total. La asignación de los recursos forrajeros (dotación) medida en UG/ha también se mantuvo sin cambios respecto al ejercicio pasado. La dotación vacuna alcanzó valores de 0,63 UG/ha, mientras que la ovina se redujo 11% y se ubicó en 0,08 UG/ha.
Para este ejercicio los niveles de extracción se redujeron respecto al ejercicio pasado. El descenso respecto al ejercicio anterior fue de 5%, situándose en 35%. Por su parte, la tasa de marcación vacuna luego de varios años de crecimiento se redujo 3,5% en esta oportunidad, alcanzando igualmente muy buen valor de 81%. Es de destacar que estos predios venían mostrando crecimiento en los niveles de marcación de manera ininterrumpida desde el ejercicio post sequía 2008-2009.
Por su parte, la productividad vacuna, medida en kilos de carne producida por hectárea se ubicó en 85 kilos por hectárea, sin cambios respecto al ejercicio pasado. La producción medida a través de la carne equivalente alcanzó los 109 kilos por hectárea.
Por segundo año consecutivo, y luego de 14 años de crecimiento (interrumpido solo en 2008-2009), los precios recibidos por los vacunos descendieron nuevamente. Los precios registraron una caída del orden del 2% respecto al precio promedio recibido en el 2013-2014.
Cambiando la pisada en este ejercicio, los precios recibidos por los productores por lanares crecieron 8% respecto al ejercicio pasado. En tanto el precio de la lana fue diferente de acuerdo al grosor: las más gruesas crecieron 14%, las más finas descendieron 9% respecto al 2013-2014.
Para este ejercicio, el Producto Bruto descendió 4%, ubicándose en U$S 158 por hectárea. En su composición, los vacunos continuaron teniendo un peso muy importante, en el orden del 73% del total. Si bien la actividad agrícola en estos predios es escasa, la misma descendió debido fundamentalmente a la caída de los precios de los productos principales (soja y trigo en especial). El descenso del Producto Bruto encuentra explicación por la caída del precio de los vacunos y del producto agrícola, a pesar de una mejora en la carne ovina.
“Luego de analizar los resultados de estos predios del norte y litoral norte, parece claro que la sequía no los afectó”, sintetizó Molina.
OTRO PANORAMA
Otro fue el panorama en las empresas de ciclo completo del Este, centro y noreste, donde la productividad bovina fue de 95 kilos por hectárea --bajó 11% respecto al ejercicio anterior--, pero en carne ovina creció 58% y llegó a 5,7 kilos por hectárea, mientras que la producción de lana cayó 46%.
En estos predios, la producción de carne equivalente fue de 104 kilos por hectárea, valor 11% inferior al registrado en el ejercicio pasado. El Producto Bruto sufrió una reducción de 15% entre el ejercicio anterior y el correspondiente a este año, llegando a U$S 154 por hectárea. Los costos de producción también se redujeron 5% este año, llegando a U$S 104 por hectárea. El resultado final medido a través del ingreso de capital se redujo 30% respecto al ejercicio 2013/14, alcanzando U$S 50 por hectárea.
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