Paysandú, Lunes 02 de Noviembre de 2015
Opinion | 29 Oct A partir de declaraciones formuladas la semana anterior por el exdirector de Educación Juan Pedro Mir, que desataron el enojo del presidente Tabaré Vázquez y la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, el exjerarca cayó en desgracia por dudar acerca de la posibilidad de que se pudiera cambiar el “ADN” de la educación, como ha sido la bandera levantada por el mandatario, y dijo que en cambio lo máximo que se podría hacer, teniendo en cuenta las circunstancias, sería una transfusión de sangre.
Poco después, en solidaridad con el renunciante, también abandonó por propia voluntad el cargo el exsubsecretario de Educación y Cultura, Fernando Filgueira, lo que indica que en el área de la enseñanza, ya prácticamente antes de iniciar la gestión y sin siquiera ejecutarse el nuevo presupuesto que supuestamente recogería los lineamientos de los mencionados jerarcas, se ha cambiado a los ejecutores desde el Poder Ejecutivo.
Pero ante los cuestionamientos y las dudas, la ministra María Julia Muñoz dijo este martes a la salida de su comparecencia en la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado que el Fernando Filgueira, no fue quien fijó la estrategia educativa del gobierno, sino el Congreso del Frente Amplio, órgano partidario que por cierto se suele confundir con el gobierno.
“La estrategia no la fijó Filgueira, la fijó el Congreso del FA (...) Filgueira aportó al Congreso, como muchos otros docentes y otras personas que trabajan en la educación”, señaló, para luego agregar que “es un compañero que seguirá aportando desde otro lugar”.
El vicepresidente y presidente en ejercicio --debido a que Tabaré Vázquez está en Francia--, Raúl Sendic, informó que quien ocupará el cargo de directora de Educación será la docente Inés Angelo luego de la renuncia de Juan Pedro Mir.
Angelo es profesora de Historia, tiene una maestría en Educación con énfasis en investigación en enseñanza y aprendizajes. También es experta universitaria en Administración de la Educación y cursa una maestría en Enseñanza Universitaria, según detalla el portal de ANEP.
En tanto Mir. se mostró molesto porque lo hayan destituido “sin siquiera haber hablado” con él “sobre lo sucedido”.
Tras el pedido de renuncia a Mir, el subsecretario del MEC, Fernando Filgueira, presentó su renuncia el lunes. Filgueira renunció y presentó una carta para expresar su solidaridad con Mir.
Ambos jerarcas fueron quienes proyectaron la reforma y la dejaron estampada en el programa de gobierno del Frente Amplio.
Pese a que desde el Poder Ejecutivo la ministra Muñoz ha procurado minimizar la situación --no podía esperarse otra cosa-- señalando que no hay nadie imprescindible, la realidad política debe evaluarse sobre diferentes parámetros, por cuanto los jerarcas renunciantes pertenecen a sectores moderados del Frente Amplio y estaban dispuestos a promover acciones que seguramente no iban a ser del agrado de los mujiquistas.
Es decir que por ejemplo, siguen en su cargo integrantes del Codicen que responden a este sector, como es el caso del presidente Wilson Netto, y que es el organismo rector por el que pasan las decisiones en el ámbito de la enseñanza, donde además han primado los intereses de los gremios de docentes, por lo que no hay mucho paño para cortar en cuanto a voluntad política para el cambio de ADN al que se refería Vázquez.
Ahora, las expresiones de Mir no contradecían en realidad la idea de Vázquez, sino que legítimamente expresó dudas de que pudiera llevarse a cabo esta idea teniendo en cuenta la resistencia que se va a dar dentro del propio Codicen y los gremios de la enseñanza.
Filgueira a su vez era considerado como un ideólogo y mano derecha del mandatario para instrumentar la mencionada reforma de la educación, y su solidaridad con Mir expresada con su renuncia tal vez haya sorprendido al jefe de Estado.
También debe evaluarse que el mandatario ha respondido en esta oportunidad en forma drástica, porque se puso en duda que se pudieran realizar los cambios profundos, pero no tuvo la misma contundencia cuando desde diversos sectores, prominentes dirigentes del Frente Amplio en el gobierno se pronunciaron abiertamente en contra de su decreto de esencialidad de la enseñanza, lo que constituyó un cuestionamiento mucho más grave que una simple declaración de este tipo formulada por Mir.
Y en esencia, para no perder de vista lo importante, corresponde preguntarse si lo que dijo el exdirector de Educación se ajusta con su apreciación de la realidad en el sector y además, si así fuera, si es el único que lo percibe de esta forma. Pues seguramente la gran mayoría de quienes tienen alguna idea de cómo se manejan las cosas en la enseñanza, en forma desideologizada y sin intereses propios o sectoriales para defender, coincidiría con este diagnóstico.
Pero además, dentro del propio gobierno coexisten, como se sabe, dos visiones distintas y hasta confrontadas de esta realidad y hacia dónde deben apuntar los correctivos, por lo que lo que se intenta hacer con la mejor intención viene trabado desde adentro de la propia fuerza de gobierno. Es por ello que tal vez debería empezarse también por las transfusiones de sangre, para seguir con los paralelismos.
Así, por lo menos se podría visualizar desde un principio dónde están quienes resisten todo cambio para seguir llevando agua para su molino, y quiénes son los que realmente asumen que algo drástico hay que hacer, para no seguir rezagándonos respecto al mundo.
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