Paysandú, Domingo 08 de Noviembre de 2015
Rurales | 08 Nov La alimentación es la base fundamental de todo proceso productivo ganadero y planificar la alimentación para épocas de escaso pasto es fundamental. “Una de las tecnologías que nos permiten trasladar el alimento excedente de primavera producido en el campo es la elaboración de reservas, más precisamente de fardos”, señaló el ingeniero agrónomo Alfredo Irigoyen, director de la Regional Litoral Centro del Plan Agropecuario.
Entiende que “muchas veces no es sencillo hacer un fardo de buena calidad, básicamente por la época en que nos toca la tarea. En la primavera, los aspectos climáticos inciden bastante en la calidad del fardo. Reservar forraje implica que nunca vamos a tener, en la reserva, un material idéntico al original”.
Sostuvo que “debemos partir de un buen cultivo, elegir el momento de corte de acuerdo a la especie, tener claro el objetivo, es decir, a qué tipo de animales se lo vamos a suministrar. Además debemos tener cuidado en todas las etapas, que van desde el corte hasta el enfardado, el almacenaje y posteriormente el suministro, con el fin de minimizar las pérdidas de calidad”. Respecto a cuál es el momento ideal de la pastura para cortar, explicó que depende un poco del cultivo: “Por ejemplo, si estamos hablando de avena, cebada o raigrás, el momento óptimo de corte está determinado por el rendimiento en materia seca (cantidad y calidad de lo que se coseche), que varía según el estado vegetativo. A medida que la planta madura, aumenta el rendimiento en materia seca pero pierde la calidad en cuanto a contenido de proteína”.
Aclaró que el momento óptimo, en el caso de avena, “es a partir de la hoja bandera, emergencia de la espiga, hasta grano lechoso. En ese momento tenemos un buen balance entre cantidad y calidad. Si hablamos de una pradera, el momento de floración de las gramíneas e inicio de floración y floración temprana de las leguminosas, sería el momento adecuado de corte”.
“Cuando el forraje es una alfalfa --que es un cultivo excelente en cuanto a la calidad forrajera, por su calidad nutritiva--, cuando el cultivo se encuentra entre el 10% y el 50% de floración sería el momento ideal de corte, ya que no tiene una variación muy acentuada y se logran obtener buenos volúmenes de materia seca en kilos, manteniendo una muy buena calidad”, explicó Irigoyen.
CLIMA IDEAL
Sobre cuáles son las condiciones de clima ideales para cortar y para que el material se acondicione adecuadamente para enfardar, manifestó que “en el proceso de henificación, el clima juega un rol muy importante. Por las condiciones del clima nuestro, las mejores condiciones para la henificación ocurren en la primavera tardía. Estamos hablando de noviembre y diciembre. Muchas veces en ese momento, tenemos materiales que están bastante maduros. Lo importante es que el proceso de corte, hilerado y enfardado ocurran en el menor tiempo posible, a los efectos de minimizar la pérdida de calidad del material. La planta, cuando se corta, continúa respirando y en este proceso se pierden azúcares, se pierde energía de la planta, por lo que el secado de la planta debe ser lo más rápido posible”, dijo.
Muchas veces en octubre, “estas condiciones no las tenemos y el proceso de secado de ese material, que es el principio que rige la conservación del pasto, es muy lento. Estamos expuestos a muchas pérdidas de calidad, con el material tendido muchas horas en el suelo. Lo que ocurre es que en una zafra, tenemos períodos en que hacemos muy buenos fardos, otros regulares y otros de mala calidad. Está vinculado a la duración que tiene ese proceso, el cual está condicionado por el clima”.
En una situación normal de una primavera soleada y con buena temperatura, “debemos cortar el pasto de mañana, luego que levanta el rocío. Ese pasto tiene todo el día para el proceso de secado, que permite que la respiración cese lo antes posible. Eso frena la pérdida de nutrientes y el proceso de desecación puede demorar entre 36 y 48 horas, hasta tener condiciones de enfardarse. Lo importante es que el contenido de materia seca del material a enfardar esté en el entorno del 85%. Hemos bajado el contenido de humedad del pasto, hasta llegar a un 15%”.
El técnico del Plan Agropecuario indicó que también es importante “utilizar máquinas que ayuden a la pérdida de humedad que tiene el material. Por ejemplo, las cortadoras acondicionadoras, cuando estamos usando materiales con tallo como alfalfa y trébol rojo, provocan que el tallo se deshidrate rápidamente, que es la parte de la planta que demora más en secarse y de esa forma el proceso de secado se uniformiza”. Hay que tener en cuenta que cuando hay necesidad de rastrillar, “el material no esté revenido, para que no se desprendan hojas. Sabemos que en las hojas es donde se encuentra el mayor contenido de nutrientes”, acotó.
Una forma práctica de saber cuándo el material cortado está pronto para enfardar, “es tocar los tallos de la planta, rascar con la uña. Cuando no se desprenda la epidermis de la planta, ese material está pronto. Si se desprende, todavía tiene humedad. Otro punto es ver el color. Una forma de evaluar si un fardo está bien hecho, es el color. Debe mantener el color verde del material original. Es un poco más opaco debido a la pérdida de humedad, pero debe mantener el color. Un fardo amarillo es de un material muy expuesto al sol y por lo tanto estuvo sujeto a una respiración mayor, se resecó y hubo pérdida de vitamina A y otros nutrientes”, finalizó.
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