Paysandú, Lunes 09 de Noviembre de 2015
Rurales | 05 Nov Las condiciones favorables para el crecimiento de las pasturas también lo son para el desarrollo de las enfermedades y en especial de los parásitos. “Si bien las temperaturas no han acompañado, la humedad ha sido muy propicia para que se desarrollen enfermedades parasitarias y en especial para garrapata”, señaló el médico veterinario Rafael Carriquiry, técnico del Instituto Plan Agropecuario.
Para el norte, los últimos tres años han sido más bien cálidos y húmedos y eso ha generado una acumulación de garrapatas en el campo. “Lugares en los que no había este parásito, está apareciendo y en los lugares donde había, se está haciendo muy difícil controlarla”, indicó el profesional, quien acotó que “en verano fue difícil de controlarla y todo hace pensar que este próximo verano también, fundamentalmente en aquellos lugares donde es endémica. También será complicado para los lugares donde ha habido brotes eventuales”.
Para Carriquiry, las abundantes lluvias en esa región colaboran en la dispersión.
“La garrapata tiene muy poca capacidad de moverse, de trasladarse de un lugar a otro. Se traslada a través de los animales o con las crecientes que arrastran huevos, inclusive hasta larvas que pueden ir de un campo a otro. Esta situación se visibiliza cuando aparecen brotes de garrapata corriente abajo”.
Agregó que la lluvia también complica el trabajo con el ganado: “Las mangas se convierten en un lodazal, es difícil para juntarlo, quedan animales aislados y eso lleva a que el control no sea lo efectivo que debiera”.
Otro tema importante es la resistencia a los productos: “En muchos establecimientos hay resistencia a uno o varios productos que hay en el mercado, entonces nos restringe el arsenal terapéutico. Las herramientas nos van quedando muy restringidas, en muchos lugares”.
EL CICLO
Carriaquiry considera importante recordar cómo funciona el ciclo de la garrapata y mencionar algo de la observación. “La garrapata vive arriba de la vaca entre 18 y 21 días. Por lo menos 15 de esos días mide menos de dos milímetros, o sea que no es visible. Cuando vemos garrapata, ya hace 15 o 17 días que está arriba de la vaca”, precisó.
“El control conviene que sea temprano”, explicó. “El frío disminuye mucho la contaminación porque la garrapata pequeña --que mide un milímetro y está en el pasto-- se congela y muere, o al menos pierde movilidad, por lo que tiene menor capacidad para subirse a la vaca. Si no se sube, vive unos pocos días porque no se puede alimentar. Los que pueden sobrevivir la temporada fría son los huevos, ya que si las condiciones no son buenas, no eclosionan, no salen las larvas. Es una forma de pasar de una temporada a la otra, de pasar el invierno. Lo importante es que, ni bien termina la época fría, es importante empezar con los controles, aun cuando no haya garrapatas visibles”, añadió el técnico. “Si llegamos a esta altura del año y no tomamos ninguna medida antes, ya tendríamos mucha garrapata. Cada vez que cae una garrapata, pone entre 3.000 a 4.000 huevos, entonces ya pueden haber caído tres veces con lo que la infestación en el campo es enorme”, sostuvo.
CONTROL
Respecto a la forma de control, el profesional indicó que “aquí volvemos a vincular el tema de la resistencia. Es importante saber que hay muchas marcas y presentaciones. En realidad hay cinco grupos de productos que se pueden utilizar, las demás son el mismo perro con distinto collar”.
“Tenemos la familia de las ivermectinas: Abamectina, Doramectina, Cydectin. Cuando alguna de ellas falla, no tendrá efecto ninguna de las que pertenecen a la misma familia. Otro grupo es el Fipronil, que se utiliza en pour-on. Después tenemos el Amitraz, que se utiliza en baños de inmersión y las mezclas de piretroides y fosforados, que también se utilizan en inmersión. Por último, el Fluazurón --la droga más moderna que hay--, funciona porque hasta ahora se ha utilizado muy poco. Es la más cara y la presentación es en pour-on o ya están apareciendo algunas formulaciones inyectables”.
En algunos lugares “hemos encontrado resistencia a los cinco y en otros, a dos o tres. O sea que de los cinco, nos quedan cada vez menos. La consecuencia es que voy a utilizar con más frecuencia el mismo producto y la resistencia aparecerá antes. Hay que rotar los productos. La rotación debe hacerse de acuerdo a las generaciones de garrapata. Es decir que se deben usar tres principios activos en el año. Lo que conviene para postergar la resistencia es utilizar un producto en la primavera hasta noviembre, de noviembre a febrero otro y de marzo hasta que venga el frío --podemos decir mayo-- otro producto. Cuando digo producto, es no rotar dentro del mismo grupo. Si a la salida de invierno usamos ivermectina que es inyectable y fácil de manejar y ya controlamos parásitos internos, la usamos en agosto, setiembre y octubre, en noviembre comenzamos con otro. Será el Fipronil, será el Fluazurón, que son pour-on ya que tenemos el ganado parido y no queremos andar bañando los terneros. A partir de marzo podemos utilizar el Amitraz o mezcla de piretroides y fosforados para inmersión”, dijo Carriquiry.
ROTACIÓN
“Lo que sí debe quedar claro es que la rotación debe ser una para cada generación de garrapata. La de primavera es una, la de verano otra y la de otoño otra. La frecuencia de uso depende de cada producto: hay los que se utilizan cada 35 días, los baños de inmersión con Amitraz cada 18-20 días y también depende de la política de control que tenga el productor”, sostuvo el profesional.
Explicó que “si quiere apuntar a la erradicación, debe usar los períodos residuales lo más cerca del período posible. Pero si solo quiere establecer un control, no tiene mucha garrapata y simplemente quiere minimizar los daños, sin pensar en la erradicación completa, podrá hacer más espaciados los tratamientos”, finalizó.
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