Opinion | 04 Nov Esta semana estarán presentes en Paysandú autoridades del Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir), encabezadas por su presidenta Cecilia Bianco, en una instancia que será un grato acontecimiento para decenas de familias del interior departamental.
En esta oportunidad, la delegación concurrirá a El Eucalipto, con el objetivo de firmar escrituras de viviendas de este plan que ya han sido entregadas, lo que constituye un acontecimiento de singular importancia, por cuanto se certifica la propiedad de las familias beneficiarias de esa zona, donde se cuenta con dos complejos Mevir que se construyeron hace tres décadas.
A su vez, las autoridades de Mevir se acercarán hasta Constancia, donde serán inauguradas 32 viviendas nucleadas en esa localidad, que fueron construidas bajo la modalidad de ayuda mutua, con el esfuerzo de las familias beneficiarias.
Por cierto que el dar continuidad a la tarea de Mevir, que lleva ya incorporadas 30.000 soluciones habitacionales en lugares del Interior por lo general apartados de las capitales departamentales, es un acometimiento que forma parte, en buena medida, de las pocas acciones que trascienden la rotación de los partidos en el gobierno. Se han construido complejos durante todas las administraciones, en toda coyuntura económica, y existe un mecanismo ya establecido de afectación de recursos que fuera instituido ya en la época en que el movimiento fue fundado por don Alberto Gallinal, por la década del 60.
Actualmente está a estudio el Presupuesto Quinquenal, en el Senado, donde precisamente se definen recursos para el Ministerio de Vivienda y es de esperar que se generen previsiones de recursos que contemplen la situación de miles de familias que tanto en el interior departamental como en los centros urbanos tienen grandes dificultades para acceder a una vivienda decorosa.
Ya el titular de la Agencia Nacional de Vivienda, arquitecto Francisco Beltrame, anunció en Paysandú que la aspiración de ese ministerio es disponer de recursos para construir unas 10.000 viviendas por el sistema cooperativo en el quinquenio, pero, naturalmente, hay líneas que contemplan infinidad de situaciones en el tramado social, que requieren soluciones diversas de acuerdo con sus ingresos, contando con subsidio estatal ante el desfasaje entre el precio de las unidades y el nivel de ingresos promedio de las familias uruguayas.
Es de esperar que, al mismo tiempo que se mantienen o incrementan recursos, se generen facilidades para el acceso a terrenos, mediante carteras de tierras nacionales y departamentales, como una forma de complementar las posibilidades de estos emprendimientos, tanto en áreas rurales como urbanas.