Paysandú, Miércoles 11 de Noviembre de 2015
Opinion | 10 Nov Uruguay ha realizado cambios en la matriz energética que podían parecer imposibles antes de 2005. Los memoriosos recordarán los históricos períodos de escasez de recursos energéticos que nos tuvieron más de una vez al borde del apagón y consumiendo grandes --y costosas-- cantidades de petróleo con destino a la producción de energía eléctrica. Ello se debía, fundamentalmente, a la dependencia del régimen de lluvias para la producción de electricidad.
De acuerdo con datos del Ministerio de Industria, Energía y Minería, la excelente generación hidroeléctrica que se registró en el año 2014 representó un nuevo máximo histórico que superó al de 2002 por 113.871 MWh. A su vez, se dio el segundo año consecutivo de no importación de electricidad; esto es consecuencia de los lineamientos instrumentados desde el 2005 con el objetivo principal de independencia energética con diversificación de la matriz con fuentes renovables y autóctonas.
En este sentido, a diciembre de 2014, Uruguay contaba con 17 parques eólicos, de los cuales 10 fueron instalados ese mismo año, teniendo como punto de partida el año 2005 con ningún parque eólico. Esto representó una participación de 6% de energía eólica en la matriz de generación eléctrica en 2014. Otro hecho a destacar en 2014 es que, con la nueva industria de celulosa, se percibió un aumento del 30% en el uso de residuos de biomasa como fuente energética, en un manejo sustentable de los mismos.
Todos estos aspectos mencionados nos permiten estar hoy por encima de la meta insignia de la Política energética, que establecía para 2015 que al menos el 50% de la matriz de abastecimiento del país provenga de fuentes renovables. En este sentido cabe destacar que ya en 2014 se alcanzó el 55%.
Ahora se pretende avanzar hacia el sector residencial con medidas como la incorporación del tema de eficiencia energética en el Plan Nacional de Vivienda 2015-2019. Los ministerios de Vivienda y de Industria, Energía y Minería prevén llevar adelante líneas de trabajo conjuntas para lograr la meta de disminuir en 1690 kilo-toneladas de petróleo el consumo energético en el 2024. De esas 1690 kilo-toneladas que se estima ahorrar, el 42% provendrá del sector residencial del país; por esta razón que en este taller se puso foco en las construcciones residenciales.
Para lograr esta meta, se buscará tener instalados al final de período considerado, algo más de 150.000 m2 de colectores solares térmicos, más de la mitad de ellos en el sector residencial (lo que representa unas 50.000 instalaciones familiares). Esto implica pensar en cambiar algo siempre difícil como los hábitos de consumos y las tecnologías utilizadas a nivel residencial. Para lograrlo habrá que apelar no sólo a la información de las familias sino, fundamentalmente, de la promoción de nuevas tecnologías y en el otorgamiento de facilidades para el acceso a las mismas.
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