Opinion | 08 Nov “Con todo el color y la frescura de la naturaleza, se cumplió una nueva edición de ‘Paysandú, flor de ciudad’, con una plaza Constitución que se convirtió en un gran vivero para que miles de sanduceros se pusieran al día con la infinidad de plantas que se presentaron”.
“Como otros años, se buscó la mejor forma de exhibir tanto plantas como flores, permitiendo a todos quienes visitaron el lugar la posibilidad de reconocer los cientos de variedades que ofrecen los viveros sanduceros. Desde las características plantas de estación, cargadas de flores multicolores, hasta árboles frutales, pasando por rosales y jazmines, la oferta fue tan grande que muchos terminaron llevándose algún espécimen”. El resumen es parte de la crónica que publicáramos recientemente al finalizar la edición 2015 de “Paysandú, flor de ciudad”.
El Jardín Botánico (de Montevideo, único en el Uruguay) recibe anualmente unas 400.000 visitas, las que se han ido incrementando sensiblemente en los últimos diez años, cuando se comenzó con los registros. La labor de la institución es reconocida tanto a nivel nacional como internacional, siendo referentes permanentes en temas de botánica y manejo de áreas verdes por instituciones públicas del país, incluso intendencias del Interior, y sus colecciones de herbarios son objeto de visitas frecuentes de investigadores extranjeros. 
Considerando el interés que despiertan las exposiciones de esta naturaleza y los valiosos aportes tanto al esparcimiento como a la educación y el conocimiento de este tipo de emprendimientos, creemos que Paysandú debería crear un jardín botánico y un arboreto.
La Intendencia Departamental tiene importantes servicios vinculados a dicha actividad y, nos consta, funcionarios municipales han planteado la idea de organizar en la órbita comunal un jardín botánico.
Sobre la base del que funciona en Montevideo, establezcamos brevemente las características principales: “El Museo Jardín Botánico se destaca por su trascendente labor en lo que respecta a la enseñanza de la botánica, funciona como centro de actividades científicas, así como también, de información y formación sobre la ciencia botánica para el público en general. Exhibe la flora de las diferentes zonas geográficas del planeta y una extensa muestra de plantas acuáticas, plantas de lugares secos y plantas de sombra”. “Es incalculable el efecto multiplicador que la institución y sus enseñanzas ha tenido en estos últimos años en el valor agregado a la conservación de los ecosistemas naturales y sus plantas nativas al punto de que el Jardín Botánico es el germen del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, donde muchos de sus coordinadores fueron funcionarios que se formaron en esta Institución”. 
En definitiva se trata de “una institución que contribuya a la conservación de la flora local, despertar conciencia y educar, realizar investigación con énfasis en la flora y vegetación locales sin excluir a las plantas exóticas”.
En tanto, un arboreto o arboretum es un jardín botánico dedicado primordialmente a árboles y otras plantas leñosas, que forman una colección de árboles vivos con la intención al menos parcialmente de estudiarlos científicamente.
En definitiva, establecer un paseo público de estas características, con los elementales servicios que lo hagan “habitable”, sería un valioso aporte a la ciudad y, por ende, lógicamente, tanto para ciudadanos sanduceros como a visitantes.
Considerando lo beneficioso de la iniciativa, veamos cuál puede ser su ubicación. Si bien sería muy adecuado contar con un “oasis” en la esquina de Uruguay y Vizconde de Mauá, la superficie no es ni por asomo adecuada para el proyecto.
Tampoco lo son, tanto el espacio existente detrás del Complejo “Irene Sosa”, hoy “prolijo”, como la zona de la costanera por tratarse de terrenos inundables y es obvio que se trata de algo que no puede ser evacuado. Y el Parque Municipal, en las condiciones actuales debería ser reformado totalmente.
Esto nos deja con dos opciones claras: el Parque Civelli y los antiguos Corrales de Abasto. Este último lugar parecería ser el más indicado, incluso porque tiene un hermoso arroyo que lo recorre. Pero, precisamente, la corriente de agua debería ser superada por un puente ya que no es lógico hacer kilómetros y kilómetros de caminos vecinales para cruzar un arroyito de pocos metros de ancho. El predio sería adecuado si se construyera el puente colgante que quedó proyectado en una anterior administración municipal y resultaría también imprescindible para el “famoso” centro termal que varias veces ha sido propuesto.
Por otro lado, el Parque Civelli ofrece un predio muy adecuado, con accesibilidad muy sencilla ya que sólo habría que establecer una línea de ómnibus urbano hasta aquel lugar. Y por otra parte, el establecer un jardín botánico sería una buena forma de compensar la dolorosa mutilación que en su momento sufrió.
Crear un jardín botánico, un arboreto y ¿por qué no? un jardín japonés sería un valiosísimo aporte a la ciudad, un atractivo indudable para visitantes y un importante aporte para la enseñanza en todas sus etapas.
La Intendencia Departamental de Paysandú tiene en su planilla funcionarios con vastos conocimientos y experiencia en la materia y fundamentalmente el imprescindible amor por esas maravillosas flores, plantas, árboles que alegran y hacen más agradable el cotidiano trajinar.