Opinion | 13 Nov Como van las cosas, aparece como muy probable que la solicitud de anuencia del intendente departamental a la Junta Departamental, para poder firmar un fideicomiso financiero en Unidades Indexadas a 15 años de plazo por un monto equivalente a 15 millones de dólares, no será resuelta este año.
La decisión política en el cuerpo legislativo se ve muy comprometida, lo que queda especialmente de manifiesto porque no se adelantan posturas, porque muy pocos en la oposición animan aun una opinión. En tanto desde el oficialismo se presiona para su consideración en las respectivas comisiones (Presupuesto y Obras y Servicios) de modo que luego pueda ser elevado al plenario.
Desde la Intendencia, por otra parte, se ha optado por un estilo de promoción del proyecto que hace énfasis en aspectos emocionales antes que en una difusión técnica de cada una de las obras que se proponen, las que por otra parte no han sido debidamente difundidas detallando la presupuestación de cada una de ellas. Las obras que serán realizadas por la Intendencia, y las que deberán ser licitadas así como el período de tiempo en que se espera concretar cada una las obras tampoco.
No hay dudas que Paysandú necesita de obras importantes de infraestructura, una inversión en obra pública fuerte y contundente. También es cierto que se hace necesario profundizar la planificación estructural de la ciudad con miras a las décadas por venir. Determinar hacia donde expandir la ciudad --hasta ahora moviéndose de manera espontánea al Norte--, habida cuenta que no hay obras de urbanismo hacia el Sur, más allá del Sacra, así como las vías de tránsito preferencial y las de tránsito pesado, entre otros muchos aspectos. Algunas de estas cuestiones aparecen con respuestas en la propuesta de obras por fideicomiso. Otras no.
Desde la Junta Departamental son varios los ediles que han afirmado que no se presentaron detalles de la obra pública a realizar, lo que ha motivado –precisamente-- nuevas reuniones para pedir más especificaciones.
Paysandú, que en duda queda, espera expectante que el poder político departamental resuelva la cuestión. La obra pública es claramente necesaria. Si la misma se concreta mediante la figura de un fideicomiso de cargo de un porcentaje de la recaudación anual por patente de rodados es una cuestión que debe resolverse entre el ejecutivo y el legislativo departamental.
Pero el tema no debe ser usado como un instrumento político sino considerado seriamente, porque como todo lo humano tiene pros como contras. El fideicomiso es una opción que merece un tratamiento profundo pero al mismo tiempo rápido. Porque la decisión no puede dilatarse.