Deportes | 14 Nov La ida desde Guayaquil a Quito fue complicada: una puerta mal cerrada en el avión obligó a pegar la vuelta y, por ende, la llegada a la capital ecuatoriana para disputar el partido ante el dueño de casa se complicó.
Pasó el partido, hubo que digerir la derrota ante Ecuador, y rápidamente se intentó comenzar a pensar en Chile. La idea era retornar rápidamente desde Quito a Guayaquil, cenar y volver a Montevideo. Pero no hubo suerte: la empresa responsable del vuelo celeste a nuestro país se encontró con la noticia de que no tenía permiso para sobrevolar territorio peruano, así que todo se complicó. Es que, en realidad, el permiso había sido solicitado para el 12, pero cuando el avión llegó ya era 13 de noviembre. Grueso error que pagará la planificación ideada por el cuerpo técnico de Uruguay.
Así que la selección uruguaya de fútbol tuvo que dormir el jueves a la noche en Guayaquil, y recién pudo embarcarse en la tarde de ayer. Por lo tanto, llegó sobre las 21.30 horas de la víspera, cuando en realidad tenía pensado estar en Montevideo a las 7.30 de la mañana.
Lo planificado de cara al partido ante Chile, a jugarse el martes por la cuarta fecha de las eliminatorias, llevará a que hoy el plantel entrene a partir de la hora 10 en el Complejo Uruguay Celeste, realizando el movimiento regenerativo previsto en realidad para ayer.
Mañana y el lunes, en tanto, los movimientos serán a la tarde y a puertas cerradas, dado que Tabárez comenzará a definir cuál será el equipo que saldrá a jugar ante los trasandinos en búsqueda de retornar a la victoria tras el traspié sufrido en Ecuador.
El objetivo está claro: a la Celeste no le queda otra que volver a sumar de a tres y tomar envión nuevamente en la camiseta. Pero, por sobre todas las cosas, no puede dejar puntos por el camino jugando como local. El equipo seguramente tendrá modificaciones con respecto al que jugó en Quito, las que comenzarán a develarse en el entrenamiento que mañana se realizará en el complejo deportivo de la AUF.
Tabárez, que podrá volver a dirigir adentro de la cancha, evaluará cuál es el estado físico de sus futbolistas tras el desgaste realizado en la altura y el contratiempo del viaje. Por lo pronto podrá tener a todo el plantel a disposición, dado que no tiene suspendidos y podrá contar nuevamente con Corujo que cumplió con su fecha de suspensión ante los ecuatorianos.
El compromiso se jugará a estadio lleno, ya que la entradas se vendieron como pan caliente. El equipo no podrá contagiarse de la euforia y el ánimo de revanchismo que existe con los trasandinos luego de la Copa América y de lo sucedido con Cavani, y eso es también un punto a trabajar en estos días.