Opinion | 18 Nov El fin de semana pasado se llevaron a cabo de manera simultánea dos fiestas populares. Por un lado, la Feria del Pueblo en Porvenir y por otro, la Fiesta de la Identidad, en San Félix. Aunque los organizadores de una y de otra han señalado el éxito alcanzado, resulta claro que en un departamento como el de Paysandú, hacer dos eventos de similares características al mismo tiempo resta público y reduce el interés.
Este tipo de situaciones no son nuevas, lamentablemente, porque en años anteriores también se habían verificado, por ejemplo con las celebraciones de San Félix y de Casa Blanca, o alguna de estas con la de Esperanza. Pero eso no implica que no deba buscarse, transformar esa realidad en una mejor, donde todas las localidades tengan su espacio bien definido, con fechas que les sean propias, sin necesidad de compartirla con otra u otras localidades.
En esta administración departamental se incluyó la Oficina de Ferias y Artesanías, cuyo titular tiene como objetivo potenciar la realización de ferias en todo el departamento, porque son oportunidades para unir las localidades y su entorno y para que quienes residan en esa zona puedan exponer y vender su mercadería. También tiene entre sus cometidos aumentar las posibilidades de los artesanos y de la artesanía sanducera en general.
Pero la primera asignación debe ser coordinar el calendario de fiestas en el departamento. No es lógico que la Oficina de Ferias y Artesanías haya aceptado que en un mismo fin de semana se realizaran los dos festivales indicados. No puede, tampoco, aducirse desconocimiento, porque su responsable estuvo presente en las dos conferencias de prensa con las que se promocionó los emprendimientos de Porvenir y de San Félix.
Más todavía --lo que no merece objeción-- estuvo participando y apoyando a los unos y los otros.
Es cierto que se está aún en los primeros meses de esta administración de gobierno y que, por tanto, pueden producirse errores que son solamente producto de la falta de experiencia, en la medida que se trata de cargos políticos.
No obstante, de las inconsistencias se debe aprender, por lo que es de esperar que la dicha oficina se haya puesto ya a trabajar en la confección de un calendario anual de fiestas populares en el interior del departamento. Eso permitirá, además, que en aquellas localidades o zonas donde todavía no se llevan adelante eventos de este tipo, se puedan impulsar desde la propia oficina, con ideas y con apoyo logístico.
Lo ocurrido, sin dudarlo, no es el mejor procedimiento, muy especialmente teniendo en cuenta que hay un área especializada dentro de la Intendencia, dedicada a atender fiestas populares. Debe servir esta experiencia para comenzar a construir una realidad mejor y para hacer un trabajo más eficaz. Para que cada fiesta tenga su espacio y su importancia.