Paysandú, Jueves 26 de Noviembre de 2015
Locales | 25 Nov En lo que va del año, se contabilizan 28 mujeres asesinadas, más hombres, niños y trans que totalizan 36 víctimas de violencia basada en género y generaciones, al tiempo que aumentan las denuncias fundamentalmente de mujeres entre 26 y 35 años. Según datos correspondientes al Observatorio del Ministerio del Interior, van más de 16.000 denuncias y se trata del delito más denunciado después de la rapiña. En el marco del Día Internacional de Lucha contra la violencia doméstica, la Comisión Departamental contra este flagelo presentará su informe al intendente Guillermo Caraballo.
“Desde hace unos cinco años promovimos que las instituciones que prestan asistencia y se encargan de recepcionar la temática alcancen sus resultados y así lo hace la Unidad de Violencia Doméstica del Ministerio del Interior, el Poder Judicial a través de los expedientes que se abren en los tres juzgados de familia y el servicio de violencia basada en género de Inmujeres, que funciona en la Oficina Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), con la incorporación de los aportes de Comepa, a través de su servicio de atención instalado por calle Setembrino Pereda, el INAU y ASSE”, señaló a EL TELEGRAFO el presidente de la Comisión Departamental, Ricardo Fleitas.
El referente informó que la oficina respectiva del Ministerio del Interior recepcionó 1.260 denuncias, que incluyen unas 260 vinculadas a niños y adolescentes involucrados en situaciones que se presentan a través del consumo de sustancias y de violencia hacia otros integrantes de su familia. Paralelamente, los tres juzgados de Familia sumaron 586 expedientes e incorporaron otros 450 casos, “por niños violentados o vulnerados en sus derechos”, añadió.
En el servicio de Inmujeres se presentaron 117 situaciones de violencia basada en género, por mujeres que denunciaron a sus parejas o exparejas, al tiempo que se atienden aproximadamente 550 entrevistas, conformadas para los casos correspondientes a este año y a seguimientos de otros vinculados a años anteriores. Mientras que en su área de atención, Comepa registró 147 situaciones y el INAU sostuvo a unos 25 niños con sus derechos vulnerados.
NOVEDADES Y CONCLUSIONES
Fleitas resaltó que “las novedades se relacionan con la instalación de un dispositivo de articulación territorial en la dependencia de Inmujeres que cuenta con tres profesionales, quienes trabajan de acuerdo a las demandas existentes en los barrios o localidades del interior y se encargan de las situaciones de violencia con el equipo que atiende en la oficina del Mides en Paysandú”.
La comisión destacó la reubicación de la Unidad de Violencia Doméstica, dependiente del Ministerio del Interior, “para hacer más accesible la atención, en Leandro Gómez entre José Pedro varela y Cerrito”.
En las áreas de prevención, la comisión se enfocó “en la prevención de la violencia en el noviazgo e instrumentó las coordinaciones necesarias con el equipo de dirección del Liceo Nº1 e inspectora departamental de Secundaria para lograr un intercambio de tres horas de duración con unos 80 docentes de ese centro educativo, donde además se recibieron propuestas para efectuar intervenciones educativas cuando se identifiquen esos casos”, dijo Fleitas.
Por otro lado, bajo la coordinación de Inmujeres de Paysandú, “se invitó a un grupo de jóvenes pertenecientes al instituto y provenientes de Montevideo, que trabajó con los estudiantes a doble turno, divididos en dos grupos de 80 jóvenes cada uno, donde participaron con interés en la identificación de las situaciones de violencia de género, fundamentalmente”.
Las conclusiones del informe se sustentan en “la importancia de la participación de los recursos humanos afectados a las instituciones que reciben las situaciones de violencia, como por ejemplo las emergencias de Comepa y ASSE, donde se encara la intervención y apoyo que evitarán lesiones graves o psicológicas, que son las más frecuentes”, resaltó.
Fleitas puntualizó que “esta sensibilidad que solicitamos en el área de la salud, también la elevamos a los educadores que se desempeñan en la enseñanza primaria y media, porque allí hay mucho para hacer por la prevención y desnaturalización de la violencia entre hombres y mujeres desde etapas tempranas. A esto se debe agregar el acoso y violencia en el ámbito laboral, donde encontramos un área de trabajo con las instituciones locales, tanto públicas como privadas”.
El referente concluyó que el abordaje de esta problemática “ha cambiado significativamente desde 2005, cuando comenzamos a trabajar sin un servicio de asistencia, ni teníamos claro los casos de violencia doméstica, psicológica, sexual, patrimonial y maltrato. Hoy podemos hablar desde otro lugar con una sociedad más consciente de este problema y con mayor compromiso para producir los cambios”.
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