Paysandú, Martes 01 de Diciembre de 2015
Rurales | 29 Nov TOMÁS GOMENSORO, (Por Pablo Blanc). Un trabajo de investigación realizado por técnicos de la Facultad de Veterinaria de Paysandú, con el reconocido aporte de profesionales del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y estudiantes de tesis que estuvieron muy activos en el proceso, ameritó que la familia Errandonea López exhibiera a participantes de la jornada realizada el pasado jueves los resultados de la aplicación de un paquete de tecnologías que permite mejorar el negocio de su majada.
Con la presencia de un interesante número de productores de la zona, el predio familiar presentó el programa “Dos años de producción ovina de forma extensiva”, basado en un paquete de sincronización y de tecnologías para aumentar la productividad del Merino Dohne.
La actividad, que fue organizada por la Facultad de Veterinaria, contando con el apoyo de INIA La Estanzuela, la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Barraca Deambrossi y la Liga del Trabajo de Tomás Gomensoro (departamento de Artigas), inició en esta localidad y luego en el predio del doctor Nicolás Errandonea, principal del establecimiento.
Se presentaron los resultados de investigación-validación de un “manejo reproductivo, productivo y sanitario programado”, generado a partir del uso de la técnica de Inseminación Artificial (IA) a tiempo fijo vía cervical durante dos años, en una majada Merino Australiano con Merino Dhone, en condiciones extensivas de explotación (100% campo nativo).
Con la idea de facilitar el manejo del ovino y disminuir el trabajo, se aplicó la inseminación a tiempo fijo, inseminando las ovejas en un solo día, “y eso con el servicio de repaso correspondiente permitió en 20 días dar el servicio a todas las ovejas, cuando en otras oportunidades al realizarse la encarnerada son alrededor de 40 días”, dijo a EL TELEGRAFO el doctor Julio Olivera. Eso permite que la majada realice la parición muy sincronizada “y en un mes se liquida”. Citó como ventajas de este sistema, que “la gente atiende mucho mejor los partos porque sabe que en los picos de parición va a tener al personal a su disposición de la actividad. En cambio, cuando se habla de encarneradas extensas de 45 días, hablamos de 60 a 70 días de parto, lo cual a goteo termina con una sobrevivencia de corderos, incluso menor a la que mostramos en esta jornada con la parición concentrada”.
Explicó que se debe estar preparado “ante un eventual temporal y por eso se puso en marcha el abrigo artificial, galpones de encierro eventuales para el caso que venga un temporal”. De ahí que el profesional lo establezca como un factor muy importante, debido a que las ovejas van a parir al mismo tiempo y el clima puede ser crucial en la sobrevivencia. Abrigos en el alambrado, que bajan la sensación térmica a nivel de campo y abrigos de encierro para utilizar en el momento necesario “aseguran una muy buena sobrevivencia, igual o mayor a cuando no se presentan estas condiciones”.
Consultado sobre si es preferible una parición tardía o más temprana, Olivera respondió que “las investigaciones realizadas indican que la tardía es la que tiene menos problemas porque ya entró la primavera, hay comida y la demanda está satisfecha (de las ovejas y corderos). Sin embargo, los temporales están presentes y en este predio hubo uno muy fuerte en octubre cuando paría el repaso de inseminación, con vientos muy fuertes que determinaron la pérdida de techos en algunas casas de Mevir en Tomás Gomensoro”.
No obstante, con los techos y el abrigo efectuado en el predio de la familia Errandonea, “logramos una sobrevivencia bastante mayor que en los lotes control que no tenían ese confort”. Puntualizó que del lote con abrigo y techo “murió un 8% y del que no tenía murió un 25%, en una parición de 20 días, a pesar de un temporal importante de granizo, vientos y 200 milímetros en tres días, justo lo que buscábamos para demostrar que realmente esto funcionaba”. Entiende que a esto se le debe agregar “la vigilancia de los partos tres veces al día, que llevó a que la sobrevivencia sea más elevada”, acotando que “esto se puede mantener un tiempo en el establecimiento debido a la sincronización de los partos”.
ACORTA EL TRABAJO
Para el doctor Nicolás Errandonea, el sistema de inseminación a tiempo fijo en el campo de 336 hectáreas permitió acortar el trabajo dentro del establecimiento “a un costo relativamente muy bajo, con el uso de hormonas limpias como es la Prostaglandina (sin residuos hormonales)”.
El trabajo estuvo basado en la tesis de Maestría del citado veterinario, utilizando un paquete de sincronización y reducción del período de parición. “Pero son datos reales que se pueden transpolar a cualquier predio de productor de ovinos”, subrayó con su particular entusiasmo por lo obtenido.
El año pasado se evaluó abrigo de las pariciones y sin efecto negativo “porque la majada parió en octubre y no se registraron grandes temporales ni fenómenos climáticos adversos”. Además, se evaluó el efecto de la alimentación previa al parto, que “como la majada está sincronizada y pare un 90% en la semana, podemos hacer medidas de manejo que si hubiera sido en una parición tradicional, habría sido demasiado caro ofrecerles bloques u otra alimentación energética para mejor producción de calostro”.
Subrayando que “los datos que presentamos son buenos y bastante auspiciosos”, explicó que en el predio se logró concentrar el servicio en 22 días, “con porcentaje de preñez superior al 85%, y se redujo el período de parición”. Apostando al doble propósito con un Merino que actualmente obtiene el 60% de los ingresos en carne, Errandonea indicó que “si se suplementa, los números mejoran. Optimizar el plano nutricional en la última etapa antes de ovular aumenta la tasa de ovulación y, en una raza poco prolífica con un máximo de un 10%, con una alimentación cuatro días antes, se logran aumentos hasta de un 20%”.
ALTERNATIVA
La doctora Georgett Banchero explicó el manejo durante la lactancia, presentando alternativas para mejorar la supervivencia y el peso de los corderos al destete: sombra y creep-feeding. “Tanto la suplementación en el momento justo, el abrigo y la lactancia, sobre todo en campo natural, son imprescindibles para aumentar producción y reducir la mortandad”, señaló la especialista. Sostuvo que ante una posible ausencia de forraje, el cordero puede sufrir el destete. “Para que eso no ocurra, el peso mínimo del cordero tendría que ser de 22 o 23 kilos, procurando que el cordero siga para adelante y no se afecte de parásitos y otras enfermedades”, añadió. Indicó que en la actualidad mueren en el país “entre el 20 y 30% de los corderos, cuando eso se podría cambiar con una suplementación al pie de la madre”. Para eso se elabora un pasaje a través de los portones por el cual pasan los corderos pero no las madres, una sencilla tecnología que permite “pasar de una ganancia de 30 gramos a 90”.
Para Banchero, el productor debe “animarse a cambiar y probar, porque se trata de tecnologías muy sencillas y rentables”, como lo efectuado en este establecimiento (Camino al Paso de la Cruz), a cinco kilómetros de Tomás Gomensoro, y en donde la aplicación de tecnologías --algunas de ellas muy simples-- mejoró el negocio.
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