Deportes | 01 Dic “La final se ganó gracias a todo el trabajo que venimos haciendo hace un mes y medio, en el que entrenamos mucho en la parte física, y eso nos dio resto físico para llegar a la final con piernas y poder ganarle a un muy buen equipo como es Ceibos”, explicó a EL TELEGRAFO el entrenador de Trébol Miguel Risso, luego de que su equipo se quedara con la Copa de Oro del Seven “Ciudad de Paysandú” por quinta vez en su historia.
“Se están cumpliendo los objetivos que teníamos”, dijo sin dudar el entrenador. “Nos habíamos planteado con todo el equipo de Seven de tomarnos las cosas bien en serio, de hacer un buen trabajo físico y comprometerse, y hoy (por el sábado) estamos cumpliendo uno de los objetivos que era llegar a ser campeones en el seven de Paysandú”, agregó. Risso señaló estar “contento por incorporar chicos nuevos, que puedan llegar a finales y ganarlas, eso suma para seguir creciendo como club”.
Pero no hay tiempo para alargar los festejos, porque el próximo fin de semana los sanduceros saldrán nuevamente a la cancha en el Seven de Old Christians. “Tenemos que seguir entrenando porque nos quedan todos los fines de semana hasta fines de diciembre”, siendo el gran cierre el Seven de Punta del Este.
Y finalizó: “El objetivo es llegar lo más alto posible en todos los torneos que juguemos”.

“UN LOGRO IMPORTANTE”
El capitán de Trébol A, Guillermo Lijtenstein, se mostró por demás conforme con la obtención del Seven como locales. “La verdad que lo habíamos hablado antes que arranque el campeonato. Teníamos la obligación de hacer un buen torneo, entrenamos mucho y por eso el logro fue tan importante para nosotros, más que estamos en nuestro Seven”.
El sanducero fue elegido como el mejor jugador del torneo, pero no quiso saber de elogios, “fue gracias a todos, no gracias a mí”, dijo. Aunque recalcó que “es un orgullo jugar este seven con Trébol, que hace mucho que no jugaba”, y tiró “salimos campeones, no puedo pedir más nada”.
Lijtenstein confesó que cuando terminó el partido le pidió a sus compañeros que esta Copa de Oro no sea un tope, sino que “sea el arranque, nos quedan más Seven y tenemos que intentar llegar de la mejor manera al último que es en Punta del Este”.
Para Sebastián Schroeder, “ganar en casa es lo más lindo. Teníamos a toda la hinchada, eso nos ponía un poco de presión, pero veníamos jugando bien y nos teníamos fe”. Y remarcó lo dicho por el capitán, “tenemos que seguir mejorando, ir paso a paso para llegar bien al Seven de Punta del Este, que es el mejor de todos”.