Opinion | 02 Dic De acuerdo con un informe del Instituto Uruguay XXI, en los primeros 11 meses del año las exportaciones de nuestro país totalizaron U$S 8.315 millones, un 11,7% menos respecto al mismo período del 2014, en tanto en la medición mensual noviembre cerró con una reducción de 7,1% respecto al mismo mes del año pasado.
El estudio indica que la reducción mensual se explica fundamentalmente por el desempeño negativo de algunos de los principales productos de exportación del Uruguay: carne bovina y arroz, que tuvieron reducciones de 4% y 45% respectivamente en valor.
"En el caso de la carne bovina es importante destacar el efecto precio sobre los montos exportados, siendo este menor al de noviembre de 2014. Por otro lado, el arroz registró caídas no solo en los precios, sino en las cantidades exportadas", agrega Uruguay XXI.
En cuanto a los destinos, en este caso no se registran cambios significativos, si se tiene en cuenta que Brasil continúa siendo el principal mercado para las exportaciones, con una participación de 15% en el total. China representó el 10,8% de las colocaciones exteriores, registrando un aumento de 7% respecto al mismo mes del año anterior.
Venezuela, por su parte, tuvo un comportamiento al alza "gracias a la concreción de exportaciones de productos lácteos negociadas meses atrás con el gobierno", agrega el informe.
Mientras tanto, las exportaciones hacia la región, incluyendo el Mercosur, cayeron 15,7% en la comparación interanual de noviembre, explicado en particular por las ventas orientadas a Brasil, que registraron una reducción de 36%.
La caída de Brasil, además, es un indicativo de que está haciendo efecto en sus importaciones la recesión instalada en el país, que genera menor poder adquisitivo, al mismo tiempo que la relación del tipo de cambio ha encarecido la colocación de los productos uruguayos en ese mercado.
En esta caída en las exportaciones uruguayas inciden varios factores, entre los cuales sin dudas un escenario internacional menos favorable determina una menor demanda, y a ello se suma que seguimos siendo un país caro y con competitividad deprimida por este y otros factores.
De todas formas, no puede decirse que los números sorprendan, por cuanto han seguido la tendencia que se ha dado a lo largo de todo el año. Esto conlleva el desafío para el gobierno y los actores privados de aunar acciones para revertir este proceso, lo que además no es fácil de hacer solo desde lo interno, teniendo en cuenta que somos tomadores de precios y de situaciones.
Pero sí se puede ayudar, estimulando las inversiones, mejorando la infraestructura y diversificando mercados. También, abatir el costo país debería ser regla a aplicar en toda situación, pero sobre todo en coyunturas como la que transitamos.